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“¿Qué pasaría si pudieras controlar los deseos de alguien más usando un aparato inalámbrico?”, postulan los científicos de la Universidad de Washington. De hecho, aunque parezca ciencia ficción, la ciencia para lograr esto ya existe.

 

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Los investigadores de la Universidad de Washington utilizaron un control remoto en ratones para estimular neuronas que liberan dopamina. Como resultado transformaron el comportamiento de los roedores, remotamente y en ausencia de cualquier recompensa tangible. Es decir, al momento que los ratones tocaban alguna parte específica de su cuerpo (como su nariz, por ejemplo) una descarga del químico dopamina los hacía sentir placer.

Esto lo lograron con optogenética, un campo emergente en el que neuronas vivas y otras células pueden ser manipuladas o controladas mediante tecnología óptica (normalmente con cables de fibra óptica). Aunque sólo ha sido tratado en animales no humanos como roedores y changos, los investigadores creen que eventualmente puede llegar a tratar parálisis, problemas del corazón, diabetes y, sobretodo, se podría utilizar para controlar el dolor de algunas enfermedades como el cáncer, o para la tratar la depresión y las adicciones. 

Su efectividad ha probado ser bastante prometedora; sin  embargo las implicaciones en cuanto al automatismo son evidentes (si se instituye, entonces seríamos controlados por algún extraño, como en el caso de los ratones). Lo que queda claro es que la dopamina está siendo explotada por la ciencia y que el futuro siempre será de los ratones primero.

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