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Para recordar el cumpleaños de Marcel Duchamp, quizá el artista más importante del siglo XX, compartimos su Anémic Cinéma, un hipnótico ejercicio fílmico que busca germinar entre los huecos de nuestra mente y nuestra percepción.

 

Marcel Duchamp se encuentra sin duda entre los artistas más importantes del siglo XX, y puede ser que incluso sea el más, el que se lleva el trofeo de haber influido tanto en el ámbito artístico como para marcar un antes y un después a partir de su irrupción en la escena histórica, con obras cuyo (in)genio alcanzó las bases conceptuales mismas con que convencionalmente se entendía el arte, minando las estructuras del buen gusto y la capitalización que, acaso ya irreversiblemente, habían convertido desde algunos años antes en objetos y mercancías las obras que otrora se consideraron inspiradas por númenes sobrehumanos.

Nacido en 1887, este 25 de junio se celebra el cumpleaños número 125 del francés, efeméride que recordamos modestamente con este video, un filme realizado en colaboración con Man Ray y Marc Allégret y que consiste, grosso modo, en nueve ilusiones ópticas dispuestas en sendos discos giratorios, entre las que se intercalan además textos también en líneas espirales que tiene fama de intraducibles, por tratarse de juegos de palabras que sugieren un sentido erótico.

El curioso nombre del ejercicio cinematográfico, Anémic Cinéma, obedece al hecho de que Duchamp fue restando las propiedades usuales del cine silente de su época: las palabras y las imágenes, hasta entregarnos una especie de fantasma famélico que deambula hipnóticamente entre nuestros sentidos y nuestra percepción. Sin embargo, esta parquedad de recursos se convierte de pronto en un dispositivo intelectual cuando la mente llena los vacíos con sus propios recursos, con todo aquello que la imaginación se apresura a poner al alcance para reparar las ausencias.

[Open Culture]