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Hace 30 años murió Robert Nesta Marley, una de las figuras más emblemáticas de la cultura popular de los últimos años, máximo exponente del Reggae y piedra angular en la expansión de la conciencia planetaria

Hoy hace 30 años murió Bob Marley, una de las figuras más representativas para la juventud del planeta de las últimas generaciones. Robert Nesta Marley murió el 11 de mayo de 1981 en un hospital de Miami de un cáncer que se le había expandido al cerebro y a los pulmones. Marley se negó a tratarse una herida que se hizo en 1977 jugando futbol, siguiendo los postulados del rastafarianismo ortodoxo de no mutilar su cuerpo (su templo), esto hizo que se formara el cáncer. Según se dice antes de su muerte, Marley le dijo a su hijo Ziggy que "el dinero no puede comprar la vida". Existen algunas teorías de conspiración sobre la muerte de Marley, pero generalmente se acepta que murió de forma natural a consecuencia de desatender una herida.

La música y la actitud valiente y relajada de Bob Marley -como el resplandeciente León de Sión en la noche del mundo- han influido como pocas personas en la activación de la conciencia de nuestro planeta (y también en la popularización de la marihuana y del sonido del reggae) haciendo del amor, la vibración positiva y la libertad los valores principales (más allá del marketing que preda estso conceptos como un ave de rapiña).

Bob Marley recibió un funeral de estado en Jamaica, el primer ministro Edward Seaga, fue el encargado de pronunciar el panegírico del funeral y dijo estas inspiradas palabras:

Su voz fue un llanto omnipresente en nuestro mundo electrónico. Sus rasgos afilados, su aspecto majestuoso y su forma de moverse se han grabado intensamente en el paisaje de nuestra mente. Bob Marley nunca fue visto. Fue una experiencia que dejó una huella indeleble en cada encuentro. Un hombre así no se puede borrar de la mente. Él es parte de la conciencia colectiva de la nación.

A lo que solamente habría que añadir que Bob es parte de la conciencia colectiva del planeta. Cada vez que alguien fuma un gordo porro de marihuana, mueve de cierta forma la cadera, dice "Uh Yeah" o toma una actitud de relajación sagrada -como el león en la savana- activa una cierta resonancia mórfica ligada al legado morfogenético de Bob Marley.