Las autoridades locales en la región de Abruzzo han decido cortar el follaje en el que se resguardan las prostitutas para entablar comercio carnal en las noches del centro de Italia. La protesta entre organizaciones ambientales no se ha hecho esperar, objetando que las autoridades locales comprueban ser incompetentes al no poder solucionar el problema más que talando árboles.
Por décadas la policía local ha intentado acabar con la prostitución en la carretera Bonifica del Tronto, un refugio de 16 km que va de la costa Adriática al Río Tronto. Se han instalado cámaras, patrullas y pasado leyes que multan a los clientes de las sexoservidoras, todo sin mucha efectividad.
A final del mes pasado el director de obra pública Angelo Di Paolo anunció un acuerdo para cortar la vegetación local a lo largo de este sexo corredor en aras de solucionar este problema. Sólo que destruiría 28 hectáreas de bosque. La asociación protectora WWF objeta que “el único crimen que han cometido estos árboles es ofrecer resguardo e intimidad a esclavas sexuales”. Y añaden que las autoridades ni siquiera han tomado en cuenta el desbalance ecológico que la medida ocasionaría
Un censo reciente muestra que más de 600 prostitutas trabajan en esa área natural, la mayoría de ellas nigerianas, aunque con una población amplia de brasileñas, rumanas, albanas y chinas.
Vía Guardian
