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Siempre es bueno regresar a Tesla, el científico serbio iluminado que previó en 1929 el internet inalámbrico, los smartphones y un mundo conectado a los principios cósmicos del flujo de energía (algo que queda pendiente pero que yace ahí, invisible como la electricidad).

“Cuando la electricidad inalámbrica sea perfectamente aplicada toda la Tierra se convertirá en un cerebro inmenso, lo que de hecho es, todas las cosas siendo partes de un todo rítmico real. Nos podremos comunicar entre nosotros instantáneamente, más allá de la distancia. No sólo esto, pero a través de la televisión y la telefonía nos veremos y oíremos como si estuvieramos cara a cara, no obstante distancias de miles y miles de millas; y los instrumentos para realizar esto serán increíblemente simples en comparación con nuestro teléfono actual. Un hombre podrá llevarlo en la bolsa de su chaleco”.- Nikola Tesla, 1929.

El más grande inventor de la historia de la humanidad, el genio que vino de Akasha, preve en 1929, el smartphone, el internet inalámbrico, el videochat, etc. Además imagina una noósfera de conexión con la unidad cósmica, con el ritmo del universo.

La pregunta es ¿fue la tecnología de Tesla, la base de nuestra tecnología actual, incluso de la tecnología secreta militar y de inteligencia? Sabemos que los cuadernos de Tesla fueron requisados por el FBI a su muerte, cayendo en las garras de Hoover, el hombre temido por el mismo Nixon. Sabemos que Tesla diseñó el prototipo de la antenas de HAARP.

¿Qué hubiera sido si en vez de utilizar su tecnología para el control de la sociedad, para el consumismo y la acumulación de riquezas materiales, hubieran sido entendidas desde su concepción espiritual, como el mismo Tesla lo planteaba?