Aunque este año no tuve la suerte de decenas de álbumes de fina estirpe, algo que me revela un aspecto de lo que fue para mí (y quizá para muchos) el 2014, tampoco puedo negar que a lo largo de estos 12 meses escuché pasar más de un álbum que me acompañará el resto de la vida (lo que sea que eso signifique).
En todo caso me temo que en esta ocasión no será un top 10 o un top 20 el modelo que guíe este ya consolidado ritual anual –cuyas ediciones anteriores puedes consultar aquí: 2010, 2011, 2012 y 2013–, sino simplemente una breve lista con algunos discos que brillaron particularmente, para mí, en este año.
Así que tras agradecer a los dioses sonoros las mieles que derramaron sobre nosotros durante este año, o su equivalente en una filosofía atea, pasemos a este listado de recomendaciones:
Reachy Prints - Plaid
La alta costura del IDM tuvo en Plaid a su mejor embajador durante este año. Este álbum confirma una vez más la extraordinaria calidad del dúo británico.
Dogs - Kim Hiorthoy
Luego de 7 años en silencio, este lúcido noruego regresó con un disco de fina hechura, sin duda entre lo mejor del año.
Teenage - Bradford Cox
El brillante niño raro de Georgia (quien encabeza los proyectos Deerhunter y Atlas Sound), musicalizó el documental de Matt Wolf, resultando una esplendida pista sonora que, independientemente de Teenage, por si sola es un deleite narrativo.
Mahler Remixed - Fennesz
Este experimentado alemán, guitarrista y explorador sonoro, se abocó a la compleja misión de recontextualizar el trabajo del brillante compositor del siglo XIX. El resultado fue exquisito.
Syro – Aphex Twin
La complejidad mental-musical de este británico irrumpió en 2014, luego de 13 años de no estrenar un álbum de estudio, con Syro.
Chapel Floor - Aaron Martin
Con este álbum, el destacado chelista y compositor nos sumerge en la reverberante melancolía de su instrumento.
* Mención honorífica:
La estrella dormida – Federico Durand
Obra del argentino que desde 2010 nos ha convidado con un sutil cúmulo de evanescente ambient, este álbum es un pequeño prisma sonoro que vale la pena guardar cerca de nosotros.
Twitter del autor: @ParadoxeParadis