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Qué es la trilogía de Bohr y por qué cambió para siempre la forma en que entendemos el átomo

Ciencia

Por: Carolina De La Torre - 08/17/2025

En 1913, Niels Bohr publicó tres artículos que dieron origen al modelo cuántico del átomo, explicando con precisión desde los espectros atómicos hasta los enlaces moleculares. Descubre cómo esta trilogía revolucionó la física moderna

En 1913, un joven físico danés publicó tres artículos consecutivos que no solo cambiaron la manera en que entendemos la materia, sino que abrieron la puerta a una nueva era en la física. Su nombre era Niels Bohr, y su trilogía científica marcó el nacimiento del átomo cuántico.

Mucho antes de que los libros de texto hablaran de niveles de energía o de enlaces covalentes, Bohr ya había dado forma a una teoría que explicaba con sorprendente precisión fenómenos como los espectros atómicos, la estructura de los elementos y la formación de moléculas. Y todo esto, sin tener aún el respaldo de una mecánica cuántica formal, que llegaría varios años después.

Una idea radical: la materia no obedece las leyes clásicas

En su primer artículo, Bohr lanza una propuesta disruptiva: las leyes de Newton no sirven para describir lo que pasa dentro del átomo. A diferencia del modelo planetario clásico, en donde los electrones giran libremente alrededor del núcleo como lo harían los planetas alrededor del Sol, Bohr impone una condición: los electrones solo pueden ocupar órbitas muy específicas, definidas por múltiplos de la constante de Planck.

Es decir, en el mundo atómico, no todo vale. Los electrones no pueden estar “donde sea”. Solo pueden moverse en ciertos niveles permitidos y, cuando cambian de uno a otro, liberan o absorben energía en forma de luz. Esta fue la primera vez que se explicó, con bases teóricas sólidas, por qué los átomos emiten luz de colores específicos.

Capas, estabilidad y la idea de estructura atómica

En el segundo artículo, Bohr amplía su modelo para incluir átomos con más de un electrón. Aquí introduce el concepto de anillos concéntricos (lo que hoy entendemos como capas electrónicas), donde cada electrón se acomoda según reglas de estabilidad cuántica.

Bohr calcula cómo interactúan entre sí los electrones y el núcleo, buscando configuraciones energéticamente estables. Con esto empieza a perfilarse la estructura electrónica de los elementos y, aunque todavía faltaban años para que se construyera la tabla periódica moderna, sus ideas ya anticipaban un orden interno en la materia.

Enlaces químicos antes de que existiera la química cuántica

El tercer artículo es, quizás, el más visionario. Bohr se atreve a explicar cómo se forman las moléculas: cómo dos átomos se atraen, se conectan, y logran una estabilidad compartida.

Usando un modelo sencillo —dos núcleos positivos y un anillo de electrones girando entre ellos— describe el comportamiento del hidrógeno molecular (H₂) y hasta se atreve a calcular su energía de enlace, comparándola con resultados experimentales. Sin saberlo, estaba anticipando la noción de enlace covalente que más tarde formalizaría la química moderna.

Incluso analiza casos más exóticos como los iones H⁻ o H₂⁺ y establece condiciones de estabilidad para estos sistemas, conectando su teoría con experimentos que, en ese momento, parecían poco comprendidos.

Una trilogía que reescribió la física

Lo que Bohr propuso en 1913 no fue una ocurrencia ni una conjetura suelta. Fue una construcción teórica sólida, presentada en tres actos, que cambió por completo el rumbo de la física. Su modelo ya incluía conceptos como niveles de energía, emisión cuántica, enlaces moleculares y momentos angulares restringidos... antes de que existiera un lenguaje formal para explicarlo.

Muchos de sus cálculos eran aproximaciones, pero la esencia estaba ahí: una forma de entender lo invisible con reglas nuevas, que más tarde formarían el núcleo de la mecánica cuántica.

Gracias a esa trilogía, el átomo dejó de ser una esfera impenetrable para convertirse en un sistema dinámico, complejo y ordenado por leyes cuánticas. Y, con ello, Bohr no solo explicó lo que se veía en los laboratorios, sino que anticipó gran parte de la ciencia que vendría después.


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Imagen de portada: Gob MX