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Invasores bárbaros en la era romana habrían usado plantas estimulantes en el campo de batalla

Sociedad

Por: Luis Alberto Hara - 12/05/2024

Guerreros germánicos habrían utilizado plantas como la amapola, la belladona, el beleño, la marihuana o la amanita muscaria en el campo de batalla

Un reciente estudio arqueológico ha revelado un fascinante aspecto de la vida de los guerreros germánicos durante la época romana: el posible uso de sustancias estimulantes en combate. Cientos de pequeños objetos en forma de cuchara, descubiertos en yacimientos arqueológicos de Escandinavia, Alemania y Polonia, sugieren que estos guerreros podrían haber utilizado sustancias psicoactivas para mejorar su desempeño en el campo de batalla.

Estos artefactos, de entre 40 y 70 milímetros de longitud y con cuencos cóncavos o discos planos en un extremo, se encontraron típicamente junto a armas y equipo bélico. Los investigadores creen ahora que estas “cucharas” se usaban para medir y administrar dosis precisas de estimulantes, una práctica que podría haber mitigado el riesgo de sobredosis al tiempo que maximizaba los efectos durante el combate.

Aunque las sustancias exactas aún se desconocen, registros históricos y estudios botánicos ofrecen pistas sobre lo que los guerreros germánicos pudieron haber empleado. El opio, derivado de la planta de amapola (Papaver somniferum), ya era conocido en la Europa y Asia antiguas por sus propiedades eufóricas y analgésicas, lo que habría reducido el miedo y la incomodidad física durante la batalla. Otras plantas como Atropa belladonna (belladona) y Hyoscyamus niger (beleño) contienen alcaloides tropanos como escopolamina e hiosciamina, capaces de inducir alucinaciones, agresividad y una sensación de invulnerabilidad, aunque con un alto riesgo de toxicidad.

El cáñamo (Cannabis sativa), con su compuesto psicoactivo THC, pudo haber sido utilizado para calmar los nervios y reducir la ansiedad, aunque no es un estimulante directo. Su combinación con otras sustancias podría haber equilibrado sus efectos. Además, ciertos hongos como el Amanita muscaria contienen compuestos psicoactivos como muscimol y ácido iboténico, que pueden producir efectos intensos, incluyendo mayor resistencia física y alteración de la percepción del dolor.

El estudio sugiere que estas sustancias podían haberse consumido en forma de polvo disuelto en alcohol, aprovechando la rápida absorción del alcohol para entregar los efectos estimulantes, o en forma seca, inhaladas o ingeridas directamente, asegurando portabilidad y facilidad de uso en el caos de la batalla.

El uso de estimulantes en combate no es exclusivo de las tribus germánicas. En la antigua Grecia y Roma, el opio estaba bien documentado, y otras culturas empleaban hojas de coca, nuez de betel o plantas ricas en cafeína. Lo que hace únicos a los guerreros germánicos es la aparente prevalencia de estas herramientas, lo que los arqueólogos sugieren refleja un uso extenso y posiblemente ritual de estimulantes en la guerra.

Este descubrimiento desafía la suposición de que los "bárbaros" fuera del Imperio Romano dependían únicamente del alcohol para obtener efectos psicotrópicos. En cambio, sugiere que las tribus del norte de Europa tenían un conocimiento sofisticado de la flora local y la química, utilizando estas sustancias de manera estratégica para mejorar la resistencia física y mental durante el combate.

La prevalencia de estas cucharas, junto con su función como herramientas precisas de dosificación, subraya el papel crucial de las sustancias psicoactivas en sus estrategias militares. Más allá de la resistencia física, estos estimulantes podrían haber fomentado un sentido de unidad o invencibilidad entre los guerreros, inclinando la balanza a su favor en el campo de batalla.

El estudio, publicado en Praehistorische Zeitschrift, ofrece un vistazo fascinante a las prácticas de las comunidades germánicas antiguas. A medida que los investigadores continúan analizando estos artefactos y explorando las sustancias que podrían haber dispensado, nuestra comprensión sobre cómo las sustancias psicoactivas influyeron en los conflictos históricos se profundizará, transformando nuestra visión de la guerra antigua y su dimensión humana. Ya sea para aumentar el coraje, suprimir el dolor o inducir un estado de concentración similar al trance, el uso de estimulantes entre los guerreros germánicos destaca un hilo común entre civilizaciones: la búsqueda de trascender los límites humanos frente a la adversidad.

Imagen: Stanislav Kontny (Praehistorische Zeitschrift)