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¿Qué hace tan única a la propuesta artística de la escultora y fotógrafa mexicana Irasema Ezcurdia? ¿Por qué trata de vivir lo esencial del arte como técnica, artesanía y fabricación de miniaturas? ¿Por qué propone al público el nivel de lo pequeño y de la ternura?

La lámpara del cuerpo es el ojo. Cuando tu ojo es bueno, todo tu cuerpo está lleno de luz.

¿El arte tiene que transmitir ternura? Esta es la conclusión del fino miniaturismo de Irasema Ezcurdia, una de las más prometedoras artistas plásticas y creadoras audiovisuales de México.

Experta en pintado hiperrealista en modelos a escala, customización de muñecas y otros coleccionables, sobre todo Hot Toys, modelado en arcilla polimérica y epoxica, tallado en madera y vitralería, Irasema colabora actualmente con Luaa Estudio, un taller santuario para creadores ambiciosos, dirigido por Martha Guadalupe Hernández Herrera.

Irasema inició su vida profesional como fotógrafa, carrera que ha combinado con la escultura y que la ha llevado a realizar una serie de videos sobre la vida urbana muy original. Uno de sus poemas visuales ganó el primer lugar entre los países de habla hispana y el sexto del mundo en el certamen internacional de poesía Mili Dueli, celebrado en Bosnia Herzegovina.

¿Qué motiva a Irasema a introducir a los adultos en un arte de niños? Un “juguete” puede definirse como un artículo para la recreación y el desarrollo de capacidades. Todo esto es muy obvio, se “juega” con un juguete para convertir la experiencia en un “juego”. Se le pude tocar, y esto delimita a los niños. También es un objeto “fetiche” en el que se deposita cariño.

 

 

Las miniaturas, sin embargo, quedan fuera de esta definición porque no se tocan o dependen de la distancia. Irasema propone figuras y lugares que ocupan un sitio que nosotros no, utilizando nuestra mirada como espacio. Nos introduce en un arte de niños empequeñeciendo la escala de las cosas hasta el punto preciso en que la escala del juguete consigue excluirnos.