En la era actual, donde la sostenibilidad y la economía compartida están en auge, vender tu auto puede ser una decisión acertada. Aunque tener un vehículo propio ofrece comodidad, venderlo puede traer múltiples beneficios tanto económicos como a nivel físico, psicológico y hasta espiritual.
Aunque no existe una receta única para la felicidad y se deben tomar diversos factores en cuenta, deshacerte de tu auto y abrazar una vida más móvil y menos materialista, que requiera hacer un poco de ejercicio y contribuir menos al calentamiento global, es una de las formas probadas para aumentar el bienestar.
Un reciente estudio realizado por Ann-Kathrin Hess, investigadora de la Universidad de Basel, examina la relación entre los autos y la felicidad. En su trabajo, Hess investigó si el "car shedding" (deshacerse de un vehículo de modo que el hogar ya no tenga su propio auto) tiene un efecto en el bienestar subjetivo.
El estudio mostró que los beneficios de tener un auto se reducen sobre todo a la autoimagen, es decir, al hecho de que un auto provee una percpeción de estatus, pero en realidad no hay muchos otros beneficios no psicológicos, especialmente para personas que no tienen grandes familias. Los hogares sin autos desarrollan estrategias alternativas para ser móviles y participar en actividades, como usar modos de transporte alternativos o elegir la proximidad de actividades cotidianas.
El estudio de Hess concluyó que las personas que se deshicieron de sus autos pero no por razones económicas, experimentaron un aumento en la frecuencia de sentimientos de alegría de uno a tres años después de hacerlo. Esto fue mayor que en el caso de los que lo hicieron por razones económicas, pero en su caso había una muy buena razón para hacerlo.
Estos hallazgos se suman a las razones tradicionales para considerar vender un auto:
Ahorro económico: evitar gastos constantes como combustible, seguros y mantenimiento.
Movilidad urbana: las ciudades están cada vez más congestionadas y el transporte público o alternativo puede ser más eficiente.
Impacto ambiental: contribuir a un ambiente más limpio, reduciendo las emisiones contaminantes.
Flexibilidad: libertad para explorar diferentes modos de transporte según las necesidades.
En conclusión, vender un auto no sólo tiene beneficios económicos y ambientales, sino que también puede influir en nuestro bienestar subjetivo y felicidad. Es esencial evaluar nuestras necesidades y prioridades, así como considerar las implicaciones psicológicas y emocionales al tomar esta decisión.