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Una misa oficiada por inteligencia artificial convoca a cientos de personas en la tierra de Lutero

En la historia del cristianismo, el protestantismo de Lutero ha sido criticado por despojar a la religión cristiana de elementos rituales y estéticos y reducirla a una religión fría, solitaria y libresca, supuestamente liberándola de parafernalia de la Iglesia católica. Muchos se han quejado justamente de que lo mejor del cristianismo era la riqueza ceremomial, por ejemplo del rito latino, en donde se transmitía el elemento del Espíritu, aquello difícil de definir y concretizar pero experimentable que constituye lo sagrado. 

Algunos podrían observar una continuidad en este proceso reduccionista y lo que ha sucedido apenas ayer en la Alemania de Lutero. Cientos de protestantes alemanes participaron en un servicio religioso en Bavaria oficiado por una inteligencia artificial. 

El evento despertó tal interés que las personas formaron largas filas fuera del edificio neogótico del siglo XIX, una hora antes de que comenzara. Jonas Simmerlein, un teólogo y filósofo de la Universidad de Viena, trabajó junto con ChatGPT para diseñar el servicio, que incluyó salmos, oraciones y una bendición final. Simmerlein atribuyó al bot el 98% del sermón.

El servicio fue "dirigido" por cuatro avatares diferentes en la pantalla, dos mujeres jóvenes y dos hombres jóvenes. El mensaje del sermón se centró en dejar atrás el pasado, enfocarse en los desafíos del presente, superar el miedo a la muerte y nunca perder la confianza en Jesucristo.

Sin embargo, no todos los asistentes quedaron impresionados; algunos expresaron que la falta de emociones y lenguaje corporal de los avatares era desconcertante, poniendo en duda la capacidad de la inteligencia artificial para recrear genuinamente una experiencia religiosa humana.

Heideros Schmidt, un hombre de 54 años, señaló:

No había corazón ni alma. Los avatares no mostraron emoción alguna, nada de lenguaje corporal, y hablaban tan rápido y monótonamente que era difícil concentrarme en lo que estaban diciendo. Pero tal vez sea diferente para la generación joven que creció con todo esto.

Aunque es posible que los jóvenes sean más receptivos de la tecnología,  es poco probable que estén muy interesados en la religión o en formas de religiones tradicionales.

Más allá de la curiosidad del evento, lo que quizá sea más ominoso no es que robots sean usados como elementos que faciliten ceremonias, sino que la misma inteligencia artificial ocupará probablemente el lugar en el altar y será lo que es idolatrado. Algo que podemos ya empezar a ver con el hype que desarrollos tecnológicos como ChatGPT han causado.


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Imagen de portada: YouTube