La selección femenina de futbol de Estados Unidos acuerda paridad de salarios. Otras selecciones deberían seguir su ejemplo
Sociedad
Por: Patricia Ruiz - 05/27/2022
Por: Patricia Ruiz - 05/27/2022
Es bien sabido que alrededor del mundo y en distintos campos laborales, las mujeres perciben un menor salario aunque ocupen los mismos puestos y hagan las mismas tareas que los hombres.
Durante los últimos años, las mujeres han peleado por ser reconocidas en los mismos espacios que sus contrapartes masculinas. El deporte no es la excepción.
El futbol es uno de los deportes más populares. Si lo pensamos bien, cualquiera puede jugarlo; sólo se necesita un balón, o en su defecto, algo que pueda patearse.
Sin embargo, para llegar a niveles profesionales, cualquier deportista tiene que pasar por un camino muy largo de entrenamientos y todo tipo de obstáculos políticos. Todos sabemos que los grandes equipos (clubes o selecciones nacionales) tienen muchos intereses económicos y los jugadores, especialmente las estrellas, ganan millones de dólares al año (en sueldos estipulados en contratos y patrocinios).
La publicidad que hay alrededor de los equipos y jugadores es enorme. A lo largo de los años aprendemos a reconocer nombres de grandes jugadores tanto por sus patrocinios como por la destreza de su juego en la cancha. Definitivamente son grandes atletas. Pero como en casi todo espacio social, el futbol es dominado por los hombres. Hasta hace unos años, muy pocas personas podían nombrar a jugadoras, así como clubes o torneos femeninos. Esto ha ido cambiando, pues las jugadoras se han encargado de hacerse visibles como las grandes atletas que son. No obstante, el nivel de las jugadoras no se refleja en buenos contratos ni prestaciones económicas.
En este contexto, el pasado miércoles 18 de mayo las jugadoras de la selección estadounidense de futbol femenino recibieron contratos históricos por parte de la Federación de Futbol de Estados Unidos. Estos nuevos contratos garantizan que las y los jugadores de futbol que representen a las selecciones nacionales masculinas y femeninas de dicho país reciban el mismo sueldo cuando participen en torneos internacionales.
Estos acuerdos llegaron 6 años después de que un grupo de jugadoras estrella de la selección femenina de Estados Unidos iniciara una campaña para erradicar lo que, según señalaban, eran años de discriminación salarial por parte de U. S. Soccer contra sus jugadoras, pues durante décadas a las jugadoras les habían pagado menos que a los jugadores. Esto, a pesar de que son ellas quienes han ganado copas mundiales y juegos olímpicos y no la selección masculina.
La lucha por la igualdad salarial se convirtió en una demanda federal en la que las mujeres acusaron a U.S. Soccer de "discriminación de género institucionalizada". El equipo femenil perdió en el tribunal federal en 2020, cuando un juez falló en contra de sus reclamos principales. Pero al final obtuvieron la victoria en materia de igualdad salarial en la mesa de negociaciones, con la ayuda de los jugadores de la selección masculina.
Los jugadores de la selección masculina abrieron paso al acuerdo a finales del año pasado, cuando acordaron compartir parte de los millones de dólares que recibieron en bonos de la Copa del Mundo para compensar los pagos más pequeños que las mujeres reciben en la Copa del Mundo Femenil.
La diferencia de remuneración entre hombres y mujeres es uno uno de los temas más polémicos del futbol en los últimos tiempos, en especial en el caso de las jugadoras estadounidenses, quienes ganaron 2 mundiales consecutivos, en 2015 y 2019.
Pero el caso de estas jugadoras no es el único en el mundo. Luego de que las estadounidenses firmaran los nuevos contratos, varias jugadoras mexicanas afirmaron que la igualdad salarial debe ser garantía en todo el futbol femenil.
En México, las jugadoras ganan 200 veces menos que los hombres, aunque sean representantes del mismo club. Una jugadora de primera división en México gana desde 2 mil 500 hasta 30 mil pesos. El salario promedio es de 3 mil 700 pesos mensuales, mientras que el salario promedio de los jugadores de la liga varonil es aproximadamente de 750 mil pesos mensuales (¡200 veces mayor al de las mujeres!).
La discusión sobre la igualdad salarial se ha dado en otros espacios, como el medio artístico. El tema es bastante polémico porque, por lo menos en el ámbito artístico, se toman en cuenta varios factores para poder hablar de que hombres y mujeres ganen lo mismo: trayectoria, reconocimiento y premios. Pero también influyen otros aspectos importantes: la sexualización de las mujeres, la violencia machista en el medio, los abusos físicos y verbales y las pocas oportunidades para las mujeres no blancas.
En el caso del deporte, al menos en el futbol, la controversia es casi la misma, con la diferencia de que en ocasiones son las mujeres las que ganan torneos y muestran resultados. Con salarios tan bajos, tienen que buscar otra fuente de ingresos. Entrenar y participar en torneos nacionales e internacionales y además obtener excelentes resultados tiene más mérito debido a que no son jugadoras de tiempo completo como los hombres.
Tal vez otra razón es que en las federaciones la mayor parte del presupuesto se destina a las selecciones masculinas, al igual que los patrocinios. El dinero que se invierte en los varones se utiliza en entrenadores de calidad, médicos, nutriólogos, instalaciones de primer nivel, viajes y uniformes. Podría pensarse que contar con recursos materiales óptimos tendría un impacto directo en el nivel de juego de los futbolistas, las clasificaciones a torneos internacionales y los juegos ganados. Si esto fuera así, las mujeres no tendrían un buen nivel ni ganarían torneos debido a la falta de recursos invertidos en ellas, pero la realidad es otra. A pesar de la escasez, las jugadoras siguen demostrando que son atletas del más alto nivel y que tienen todo para competir y ganar todo tipo de torneos.
El triunfo de las jugadoras estadounidenses debería ser el ejemplo para todo el futbol femenil, sin importar el nivel.
Imagen de portada: Claro Sports
