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El lúcido análisis de David Bowie sobre el 'excitante y aterrador' potencial de Internet en una entrevista de 1999

Sociedad

Por: Luis Alberto Hara - 11/29/2021

La genial lectura mediática de Bowie en 1999

David Bowie fue un hombre casi presciente, con una capacidad inusitada para anticiparse a las tendencias de la música, el arte y la cultura en general. Como no ocurrió quizá con nadie más en su época, su estilo y sensibilidad embonaron perfectamente con la imaginación del futuro. Por sí solo, Bowie previó e influenció culturalmente el futuro más que cualquier agencia de marketing, think thank o lo que hoy llamamos influencers. No sólo por su música, su moda y sus inclasificables actuaciones en películas de culto, sino también por su análisis puntual del tiempo y las tendencias.  

Marshall McLuhan, el gran teórico de medios, dijo que los artistas tienen una capacidad única para prever el futuro, pues son capaces de leer el presente (el futuro está contenido en potencia en el presente, como un árbol en una semilla). Curiosamente, McLuhan tenía mucho de artista -siendo un gran experto en literatura y uno de los "profetas" de nuestra era- y, curiosamente, Bowie tenía mucho de teórico de medios.  

En una entrevista de 1999 en el programa de la BBC Newsnight, el camaleónico Bowie hizo un análisis enormemente lúcido del potencial del Internet, señalando que en ese momento parte de la excitación que había radicado en la música rock y en el rave en los años noventa se trasladaba al Internet: "El Internet ahora tiene la bandera de lo subversivo, y posiblemente rebelde, caótico y nihilista". Hay que recordar que en los noventa grandes personalidades de la contracultura, como Tim Leary o Terence McKenna, abrazaban el Internet como un medio capaz de expandir la conciencia. El Internet era lo cool.

Por supuesto, hoy el Internet ya no es subversivo, es mainstream. Pero su poder se debe en parte a que en algún momento fue subversivo; eso hizo que se produjera una efervescencia en la primera década del 2000 y una apuesta absoluta en la que las mejores mentes de la época crearon proyectos en línea (hoy, en cambio, las mejores mentes se "desconectan" de la red). Asimismo, lo que en un principio hacía atractiva a la red era una parte caótica y lúdica que existía en muchos sitios, antes de que hubiera cuatro o cinco monopolios. Bowie señaló además la esencia que subyace a la explosión del Internet: el nihilismo.

En la entrevista, Bowie le dice al periodista Jeremy Paxman que el giro de Internet tiene que ver con que ahora lo esencial es la audiencia. Los artistas se convierten  en acompañantes o facilitadores de la experiencia, como ocurre en los raves. El rock ya no tiene poder. Se trata de estos nuevos formatos en los que lo que manda es el deseo de la audiencia (y aquí anticipa a la sociedad de los likes y los algoritmos que le dan a los usuarios más de lo que ya les gusta). Según Bowie, esta sociedad nueva está fundamentada en el colapso de las grandes narrativas, de la gran singularidad que aglutinaba a las personas, lo que se traduce en vivir "en completa fragmentación".

Paxman sugiere que se exagera sobre el potencial que tiene el Internet. Bowie revira: "no hemos visto siquiera la punta del áisberg; lo que el Internet le hará a la sociedad, malo y bueno, es inimaginable, es algo excitante y aterrador". Y bromea: "no es una herramienta, es una forma de vida extraterrestre". Aquí Bowie se muestra muy cercano a McLuhan, quien sabía que los medios masivos de comunicación transforman radicalmente la naturaleza humana. Bowie entiende esto: no hay duda de que será un parteaguas, pero no se decanta por si será para bien o para mal (aunque explica que usará su fortuna para invertir en una compañía de Internet).

Hoy, lamentablemente, sabemos que esa excitación, que en su momento estaba justificada, ha declinado, mientras que lo aterrador, en un sentido estético, cultural y político, se ha incrementado. Aunque en 1999 había muchos entusiastas del Internet, Bowie era uno de los más lúcidos y entendía el potencial de modificar la conciencia humana.

El análisis de Bowie llega a su cúspide más mcluhaniana, pues señala que lo esencial del Internet es que se modifica "el contexto y el estado del contenido" y "la relación entre el proveedor y el usuario". Esto parece ser un eco del mantra de McLuhan: "el medio es el mensaje". Lo importante, sugiere Bowie, no es el tipo de contenido, sino el estado de ese contenido, su contexto y la relación entre el emisor y el receptor. Nada es más importante para una "educación" con respecto al Internet que este principio básico: el medio es tan o más importante que el contenido. Por eso una junta en Zoom o un live de Instagram nunca podrán ser iguales que sus versiones offline, y por eso tienen importantes efectos físicos y psicológicos

Bowie fue un pionero en todo lo que concierne al Internet. En 1996 lanzó el sencillo "Telling Lies" en línea y obtuvo 300 mil descargas, inaugurando la era de la música digital (y el final de los CDs y la venta tradicional en tiendas de discos). 

En 1997 transmitió un cybercast de su concierto Earthling en Boston, y en 1998 lanzó su propio proveedor de Internet: BowieNet, que ofrecía "internet de alta velocidad". En todo lo que hizo, mostró una constante: el deseo inagotable de explorar las fronteras de la comunicación


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