8 autores latinoamericanos que no necesitan el Nobel de Literatura
Libros
Por: Monse Aguilar - 10/18/2021
Por: Monse Aguilar - 10/18/2021
Todas y todos los amantes de la literatura saben que el Nobel es un premio que ha ignorado a autores reconocidos a nivel mundial y que hicieron aportes significativos a las letras. Para la opinión pública, hay grandes autores del siglo XX que debieron haber recibido este galardón. Por ejemplo, Rubén Darío es considerado una influencia clave para la literatura hispana, siendo líder de la corriente modernista que marcó un cambio en las letras castellanas y uno de los escritores y poetas más leídos del habla hispana en todos los tiempos. De acuerdo con David Remnick, director de la revista The New Yorker, escritores como Marcel Proust o Vladimir Nabokov debieron ser acreedores a esta distinción. Críticos literarios como Emmanuel Carballo y Sergio Nudelstejer añaden a esta lista a Franz Kafka y a Jorge Luis Borges. Adolfo Castañón incluye también a Julio Cortázar. El escritor y crítico Noe Jitrik menciona en diferentes ensayos periodísticos a Augusto Roa Bastos. Kjell Espmark, miembro de la Academia sueca, en su libro El Premio Nobel de Literatura. Cien años con la misión repasa algunas de las omisiones más graves en la concesión del Nobel, por ejemplo, Miguel Delibes, León Tolstói, Émile Zola, Henrik Ibsen, Paul Valéry, Benito Pérez Galdós y Rómulo Gallegos. Mario Vargas Llosa, ganador del Nobel en 2010, señaló que Borges y César Vallejo también merecían el premio.
En esta nota te recomendamos ocho autores latinoamericanos que por sus valiosas aportaciones a la literatura de habla hispana deberían haber sido condecorados con el galardón.
Rosario Castellanos (1925-1974) es una de las escritoras mexicanas más reconocidas a nivel nacional e internacional. Combinó su labor creadora con la promoción cultural, la docencia, el periodismo y la diplomacia. Incursionó con éxito en la novela, el cuento, la poesía y la dramaturgia. Obras como Balún Canán, Oficio de tinieblas, Álbum de familia o Poesía no eres tú son indispensables en la literatura mexicana, pues dan cuenta de dos aspectos que hasta entonces no habían sido tratados literariamente o se habían trabajado con una perspectiva sesgada: la mujer y lo indígena. La escritora rehuyó las clasificaciones de indigenismo y feminismo, pues su literatura abordaba ambas temáticas sin apegarse a una ideología específica.
Escritor, profesor y guionista. Hijo de padres argentinos, su padre fue enviado a la Embajada de Argentina en Bélgica. Su familia se refugió en Suiza durante la Primera Guerra Mundial hasta 1918, cuando volvieron a Buenos Aires. Obtuvo el título de maestro en 1932. Se identificó con el surrealismo a través del estudio de autores franceses. Sus obras son reconocidas por su alto nivel intelectual y por su forma de tratar los sentimientos y las emociones. Fue un gran seguidor de Borges. Es considerado uno de los mejores contadores de historias, no solo entre los escritores latinos sino entre los de todo el mundo. Sus mundos surreales, con inesperados giros que dejan perplejos a los lectores, son su sello personal. "Continuidad de los parques" y "La autopista del sur", entre otros cuentos, se quedarán en tu mente mucho después de haber terminado de leerlos.
La relación de Isabel Allende con la escritura profesional comenzó en 1967, con su trabajo periodístico en la revista Paula. En esta publicación dirigida principalmente a mujeres formó parte del equipo editorial, redactó reportajes, realizó entrevistas y hasta tuvo su propia columna de humor, llamada "Los impertinentes". Durante esta época participó en televisión y en otros medios escritos como la revista infantil Mampato -la cual dirigió entre los años 1973 y 1974- y escribió las obras de teatro El embajador (1971), La balada del medio pelo (1973) y La casa de los siete espejos (1975).
Es una de las más famosas escritoras de la literatura latinoamericana. Es capaz de crear mundos fantásticos que se entremezclan de manera casi imperceptible con la realidad. Algunos críticos la acusan de ser una mera imitadora del realismo mágico de Gabriel García Márquez, pero todos los que hemos leído La casa de los espíritus o visto la película, sabemos que están equivocados.
Novelista, cuentista, fotógrafo y editor, a Rulfo se le reconoce sobre todo por su volumen de cuentos El llano en llamas (1953) y su primera novela: Pedro Páramo (1955). A partir de la aparición de estos títulos mantuvo un contacto frecuente con el cine; su segunda novela, El gallo de oro (1958), el cortometraje El despojo (1959) y su participación en el filme La fórmula secreta (1964) son producto de ello. Como escritor, Rulfo se apropió de las experiencias que desgarran el precario orden familiar (la guerra, el despojo, la orfandad) y de su región de origen, cuyo entorno inmediato eran las haciendas y el campo destruidos por la violencia de la Revolución y la Cristiada. Sin embargo, la verdadera vida de Juan Rulfo está en su obra: el autor fue esencialmente un orfebre que llevó la literatura a dimensiones inéditas para su época.
Borges tiene un singular estilo literario, basado en la interpretación de conceptos como tiempo, espacio, destino o realidad. La simbología que utiliza remite a los autores que más lo influenciaron (William Shakespeare, Thomas de Quincey, Rudyard Kipling o Joseph Conrad), además de la Biblia, la cábala judía, las primeras literaturas europeas, la literatura clásica y la filosofía. Publicó libros de poesía como El otro, el mismo, Elogio de la sombra, El oro de los tigres, La rosa profunda y La moneda de hierro y cultivó la prosa en títulos como El informe de Brodie y El libro de arena. También publicó libros que mezclan prosa y verso, libros que aúnan el teatro, la poesía y los cuentos. Ejemplos de esta fusión son La cifra y Los conjurados. La importancia de su obra fue reconocida con el Premio Miguel de Cervantes en 1979.
Borges es sinónimo de escritura intelectual. Mucha gente conoce su obra y otros muchos aseguran haberla leído, pero pocos son capaces de comprender los complejos significados que esconden sus escritos. El libro más famoso de Paulo Coelho, El alquimista, está inspirado en un cuento corto de este genio argentino (obviamente, sin sus tremendas complejidades).
Su pensamiento político se vio reflejado en su vida y obra. Por su defensa de derechos y valores contrarios a la política dictatorial argentina fue elegido en 1984 presidente de la Comisión Nacional sobre Desaparición de Personas (CONADEP), que redactó el Informe Sabato, conocido en España como Nunca más. A lo largo de su carrera recibió premios como el Miguel de Cervantes de Literatura en 1984 o el Menéndez Pelayo en 1997. En 1998 publicó su libro de memorias, Antes del fin. En el 2000, el diario Clarín publicó en internet La resistencia, que posteriormente se editó como libro, y en 2004 publicó España en los diarios de mi vejez, su último libro. Aunque la mayoría de sus lectores solo conocen su obra más famosa, El túnel, ello es más que suficiente para acercarse a su genialidad. Esta obra relata una historia criminal que se aleja del típico “¿quién lo hizo?”, pues empieza con la confesión del asesinato por parte del protagonista; al eliminar el suspenso, el lector puede concentrarse en la escalofriante psique del narrador.
Nació en Buenos Aires el 29 de Abril de 1936, en una familia de inmigrantes de Europa oriental. Estudió Filosofía y Letras en la Universidad de Buenos Aires y, mas tarde, pintura con Juan Batlle Planas. Entre 1960 y 1964 vivió en París, donde trabajó para la revista Cuadernos y para algunas editoriales francesas, publicó poemas y críticas en varios diarios, tradujo a Antonin Artaud, Henri Michaux, Aimé Cesairé e Yves Bonnefoy y estudió historia de la religión y literatura francesa en la Sorbona. Luego de su retorno a Buenos Aires, Pizarnik publicó tres de sus principales volúmenes: Los trabajos y las noches, Extracción de la piedra de locura y El infierno musical, así como la obra en prosa La condesa sangrienta. En 1969 recibió una beca Guggenheim y en 1971 una Fulbright. Murió el 25 de septiembre de 1972 de una sobredosis intencional de Seconal.
Jaime Sabines, nacido en Chiapas en 1926, fue un poeta mexicano perteneciente a la Generación del Medio Siglo. Escribió tres libros fundamentales: Horal (1950), Tarumba (1956) y Algo sobre la muerte del Mayor Sabines (1973). Aunque su obra tiene resonancia continental se conoce poco fuera de México, si bien ocupa un lugar privilegiado en la tradición poética en lengua española. Estilísticamente Sabines perteneció a la vertiente poética denominada "coloquialista" o "conversaciones", cuyo auge tuvo lugar en las décadas de los cincuenta y sesenta del siglo XX, que coincidieron con el triunfo de la Revolución cubana –primer proyecto comunista en Latinoamérica– y las dictaduras que retardaron la evolución democrática los países latinoamericanos. Dentro de la tradición poética mexicana, Sabines se inscribe en la poesía de tono popular contraria a la vertiente culta hegemónica de su época, impulsada por Octavio Paz a través del grupo Taller.