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Nubes artificiales: las nuevas protectoras de la Gran Barrera de Coral en Australia

Ecosistemas

Por: Monse Aguilar - 09/12/2021

El blanqueamiento de la Gran Barrera de Coral en Australia es uno de los efectos más notorios del cambio climático y amenaza con desaparecer la diversidad de los arrecifes y su supervivencia en el ecosistema

Una gama de alegres colores es lo primero que solemos imaginar cuando hablamos de arrecifes, pero estas estructuras marinas son en realidad animales translúcidos. Los espectaculares tonos de color de los arrecifes provienen de los miles de algas (zooxantelas) que albergan. 

La costa noroccidental de Australia posee el conjunto de arrecifes de coral más extenso del mundo. Este territorio cuenta con más de cuatrocientos tipos de coral, mil quinientas especies de peces y cuatro mil variedades de moluscos, además de ser el hábitat de algunas especies en peligro de extinción como el dugongo y la tortuga verde. 

Por desgracia, desde 1998 esta barrera de arrecifes ha sufrido un fenómeno de “blanqueamiento”, que se produce cuando los pólipos coralinos se sienten estresados por factores como la contaminación o el cambio de la temperatura del agua, expulsando a las algas que los rodean y provocando el blanqueamiento del coral, que puede acabar por matar al arrecife completo si el estrés no se reduce. 

Debido al gran impacto producido por el cambio climático sobre las aguas marinas el problema se ha agravado, pues en 2020 ocurrió la tercera decoloración masiva en los últimos cinco años, lo que hace temer que los corales puedan sufrir daños irreversibles. Para revertir esto, los investigadores australianos probaron una nueva técnica de geoingeniería que consiste en encender una turbina en forma de cono que arroja una neblina de agua de mar de la parte trasera de un barco y, después de deslizarse brevemente en la superficie del océano, la columna asciende hacia el cielo. Esta columna se dispersa en forma de nubes, a las cuales se ha denominado “nubes artificiales” y evitan que los rayos UV penetren directo en la barrera de coral.

Desde 2018, el gobierno australiano destinó seis millones de dólares a universidades e institutos de investigación para un estudio de viabilidad centrado en estrategias que podrían aplicarse en todo el arrecife. Los investigadores contemplaron diversas ideas, técnicas y métodos, incluida la colocación de corales vivos en hielo para su conservación a largo plazo y la ingeniería sintética de nuevas variedades que pueden tolerar aguas más cálidas. Muchos enfoques resultan costosos y consumen demasiada energía, pero la investigación de las nubes marinas atrajo la inversión porque teóricamente proporciona un alivio directo a los corales.

Gran parte del sentido del programa está en ayudar a los corales a adaptarse y repoblar el arrecife, a la par de los esfuerzos para mejorar las operaciones de acuicultura de coral para que se puedan producir millones por año en lugar de miles.

Los arrecifes de coral tienen un valor fundamental en el ecosistema marino pues aunque ocupan menos del 1% de la superficie oceánica, dan cobijo a casi el 25% de las criaturas marinas existentes. Los expertos calculan que los efectos de las intervenciones humanas en el medioambiente (como la contaminación, la sedimentación o el calentamiento global) podrían hacer desaparecer el 30% de los arrecifes en los próximos treinta años.


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Imagen de portada: Francesco Ungaro / Unsplash