El verano llega a su fin y con ello arribará un fenómeno astronómico conocido como "luna de maíz", la última luna llena de esta estación y que da paso al otoño. Permanecerá durante el resto de la semana en su aspecto más brillante. No obstante, a mitad de semana, pasando las 12 de la noche será el momento perfecto para apreciar una gran luna, según el clima y el cielo despejado.
Para los pueblos originarios era sumamente importante nombrar la relación que mantenían con la naturaleza a través de conexiones místicas que dotaban de poderes a los elementos naturales y los astros del cielo. Al igual que la "luna llena del ciervo" de julio, la "luna de maíz" recibe este nombre porque en la década de 1930, el almanaque Maine Farmer's publicó una lista de nombres de nativos americanos para las lunas llenas. De acuerdo con el texto, las tribus algonquinas, que se ubicaban en el noroeste de Estados Unidos, llamaban a la última luna de verano "luna de maíz", pues la fase lunar de este período anunciaba el momento para la recolección de los cultivos de maíz, frijoles, arroz y calabazas. De igual manera, en Europa, esta luna llena se llama "luna de la fruta", ya que varias frutas maduran en esta época del año. Otro nombre para ella es "luna de cebada'', que, como el maíz, se cosecha en este momento.
Durante esta luna llena y con el cielo despejado también se puede apreciar la famosa "cara de la luna", que no es más que una especie de ilusión óptica producida por los impactos de meteoritos y asteroides en la superficie del satélite.
El fenómeno psicológico que nos hace ver en la luna rasgos como ojos, nariz y boca se llama pareidolia y consiste en una activación de los procesos cognitivos del cerebro que deriva en la identificación de un rostro en un objeto o conjunto de objetos que se asemejan a una cara.
La luna está formada por zonas oscuras que hacen que nuestra mente pueda asociarles la imagen de un rostro humano. Este fenómeno se debe a las sombras de los cráteres que posee el astro.