'Hierbas contra la tristeza': el manual de Yadira López para sanar emocionalmente
Buena Vida
Por: Monse Aguilar - 08/09/2021
Por: Monse Aguilar - 08/09/2021
El dolor se define como una experiencia sensorial y emocional desagradable que se asocia a un daño en los tejidos, que puede ser real o potencial y que es descrito en términos de su magnitud. En condiciones fisiológicas, el dolor es un sistema de alarma temprano que se activa ante situaciones que podrían causar daño a la integridad física del individuo.
El dolor desempeña un papel protector indispensable para la supervivencia del ser humano. La respuesta fisiológica puede ser adaptativa, pues promueve la reparación del tejido dañado al inducir conductas protectoras para el área afectada. Si el tejido ha sido reparado y persiste la hipersensibilidad, el dolor se convierte en una patología que afecta la calidad de vida de quien lo padece. La forma como los seres humanos atendemos nuestro dolor ha provocado el desarrollo de toda una industria que constantemente presenta avances y descubrimientos obtenidos de la naturaleza para encontrar una solución eficaz a nuestras dolencias.
El antecedente de este conocimiento sistematizado son los usos y costumbres de nuestros antepasados que utilizaban plantas medicinales y sus efectos curativos para malestares, lesiones y heridas físicas. Gracias a estos saberes heredados sabemos que la sábila es un excelente bálsamo para las quemaduras o que el té de hierbabuena es el favorito para los malestares estomacales, pero es muy poco conocido el uso de las plantas para las dolencias emocionales.
En la última década, la “somatización” de las emociones ha sido objeto de estudios psicológicos y psiquiátricos que permiten entender los trastornos de esta índole como un conjunto de patologías cuyo diagnóstico se realiza por la presencia de síntomas corporales que sugieren un trastorno físico sin causa orgánica demostrable o mecanismo fisiológico conocido y por la presunción de que dichos síntomas están asociados a factores psicológicos o estrés.
Cuando somatizamos nuestras emociones el dolor se materializa en nuestro cuerpo, provocando desequilibrio e inestabilidad en todo nuestro ser.
Por eso el manual de Yadira López, Hierbas contra la tristeza, es una lectura necesaria para recuperar las propiedades curativas de las plantas en beneficio de nuestras emociones. Hierbas muy comunes en los hogares como la lavanda, el geranio, la buganvilia, etc., no sólo son el adorno armonioso de los jardines, también son una opción confiable para comenzar un camino de sanación más cercano a la naturaleza.
Puedes consultar el manual en este enlace.