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7 mujeres visionarias sin las que la música electrónica no sería lo mismo

Arte

Por: Luis Alberto Hara - 03/04/2021

Estas 7 mujeres y su trabajo han ayudado a definir el paisaje contemporáneo de la música electrónica y quizá nunca habías oído hablar de ellas

En la historia que conocemos de la música, los reflectores de la historia siempre están sobre los hombres y sus logros. Sin embargo, en años recientes se han abierto importantes brechas en la historia social y política para mostrar la verdadera importancia del papel de la mujer, en prácticamente todos los ámbitos de la actividad humana. En la música, sin duda, las mujeres necesitan ser reivindicadas.

La historia de estas 7 mujeres muestra que a pesar de los prejuicios el talento se impone y que hoy estaríamos frente a un paisaje musical muy distinto, seguramente más aburrido, si no fuera por sus invaluables aportes.

 

Delia Derbyshire

Empezamos por rendir tributo a la “escultora del sonido”, Delia Derbyshire. La mujer detrás del wobbulator un día se acercó a los Decca Recording Studios de Londres, sólo para que le dijeran sin más que no empleaban mujeres. A pesar de que varias compañías la rechazaron, continuó persiguiendo su pasión y en 1960 logró materializar una oportunidad de trabajar como asistente en un estudio de la BBC.

Desmond Briscoe, ejecutivo del estudio, pronto se dio cuenta de que la alta, callada y pelirroja Delia no sólo era entusiasta, sino enormemente creativa y talentosa. Entonces Briscoe la invitó a unirse a su taller experimental Radiophonic en 1962, del que ella formó parte durante 10 años.

Una de sus primeras tareas fue realizar una de los primeros temas electrónicos utilizados alguna vez en televisión: la música de Ron Grainer (que quiso compartir créditos con Delia por sus efectos, pero las políticas de la empresa no se lo permitieron) para la nueva serie de ciencia ficción, Dr. Who. Delia, y su ingeniero, Dick Mills, habían creado cada sonido desde la nada; no tenían referencias anteriores y por lo mismo Delia no tenía idea de qué tan influyente se volvería su trabajo para el Radiophonic Workshop en el futuro.

El video compartido es el minidocumental "La escultora del sonido", sobre la trayectoria de Delia Derbyshire.

 

Suzanne Ciani

Pianista experta, Suzanne compuso partituras de jingles para anuncios de distintas marcas, como Coca-Cola y General Electric, usando un Buchla Analog Modular Synthesiser (el cual compró con dinero ganado en su trabajo en la fábrica de Buchla). Aunque es mejor apreciada por su música original y sus paisajes sonoros, su especialidad fue la reproducción de efectos de sonido en su sintetizador que, antes de ella, habían causado muchos problemas a los ingenieros que querían grabarlos.

El sonido de una botella de Coca al ser destapada y servida, utilizado en radio y televisión a finales de los '70, es uno de sus trabajos más reconocidos. Pronto sus efectos de sonido se volvieron altamente demandados. Su voz aparece en el juego de pinball “Xenon” y, en 1977, Ciani creó los efectos especiales para el disco de platino de Meco con la versión disco del soundtrack de Star Wars.   

A principios de los '80, Ciani empezó a grabar trabajos New Age que conjuntaban sonidos electrónicos con instrumentos tradicionales, y más tarde fundó su propio sello discográfico llamado Synthetic Wave. 

 

Daphne Oram

Aunque a Daphne Oram le ofrecieron un lugar en el Royal College of Music, ella prefirió tomar un trabajo como asistente de ingeniería de audio para un estudio de la BBC. Allí empezó a experimentar con cintas magnéticas y a explorar las posibilidades de los sonidos sintéticos. Después de un viaje a los RTF studios en los años cincuenta, Oram inició una campaña para que la BBC tuviera instalaciones de música electrónica para utilizar en sus programas. Esto la llevó a desarrollar el famoso Radiophonic Workshop. Un año más tarde abrió los “Oramics Studios for Electronic Composition” en un edificio que fue alguna vez utilizado para secar avena cerca de Kent.

En febrero de 1962, Daphne ganó una gran subvención para apoyar el desarrollo de su máquina Oramics. Haciendo uso de una nueva técnica –mejor descrita como “sonido dibujado”– este dispositivo permitía al compositor dibujar un alfabeto de símbolos en película de 8 mm y meterlos en la máquina para producir sonidos. Parecido a la manera en que ahora dibujamos beats y manipulamos sonidos con software, éste fue el amanecer de un acercamiento visual a la creación de la música electrónica.

El video que compartimos es una versión virtual de la máquina expuesta en el Museo de Ciencia de Londres. Puedes ver cómo el usuario cambia el pitch, el reverb, el vibrato y la velocidad con su dedo.

 

Eliane Radigue

Creados en París, los trabajos más valiosos de Eliane Radigue (producto de un sintetizador ARP, un micrófono y cintas magnéticas en loop) fueron elogiados a través de su carrera por su pureza y su contribución al reino de los trabajos sonoros. Llamados “de una verdadera originalidad”, sus paisajes sonoros comunican movimiento, cualidades espirituales, además de tener el poder de transportarte hasta lo más profundo del corazón de cada sonido.

Después de trabajar en varias universidades y estudios de música electrónica, Radigue viajó al Tibet en 1975 para explorar el budismo. En tanto que este movimiento interrumpió temporalmente su desarrollo creativo, en sus trabajos posteriores se puede escuchar el efecto del tiempo pasado en tal paz y quietud, a través del control y la disciplina utilizadas por los largos y meditativos zumbidos que ha utilizado desde entonces.

Pionera y visionaria musical desde que empezó a producir sus evocadores sonidos electrónicos en los sesenta, Eliane Radigue ha creado un singular, poderoso y único trabajo.

 

Clara Rockmore

Virtuosa del Theremin y gran innovadora, Clara Rockmore destacó desde niña cuando tomaba lecciones de violín. Viajó a Rusia para asistir al prestigioso Conservatorio Imperial de San Petersburgo con tan sólo 5 años de edad (hasta hoy sigue siendo la estudiante más joven en lograr entrar a esta institución).

Al crecer, sin embargo, Clara tuvo que abandonar su instrumento, pues había desarrollado dificultades crónicas en los huesos debidas a problemas de malnutrición cuando era niña. Contemplativa acerca de su futuro creativo, se inclinó hacia el uso del Theremin, un instrumento nuevo, con un sonido similar al del violín y que describió como “el salvador de su cordura musical”.

Notando las limitantes del diseño original del Theremin, Rockmore ayudó a desarrollar el instrumento para ajustarlo a sus necesidades. Sugirió varias mejoras al inventor del instrumento, Léon Theremin –una antena de volumen más rápida, un rango musical más amplio y controles de tono– las cuales fueron incorporadas en versiones posteriores del instrumento.

 

Pauline Oliveros

Aunque escribió sus primeras piezas utilizando notación tradicional, Pauline Oliveros rápidamente empezó a explorar con técnicas electrónicas. Influenciada por sus estudios en culturas nativo-americanas y religiones orientales, sus composiciones incluyen prácticas ritualistas y meditativas mientras explora ideas cada vez más profundas y existenciales.

Oliveros fue una figura central en el desarrollo de la electronic art music, y fue miembro fundador del San Francisco Tape Music Center. Ha escrito libros, imaginado nuevas teorías musicales y examinado nuevas formas de enfocarse en la música. La más famosa de todas es su noción de “conciencia sónica”  y “escucha profunda”.

Oliveros acuñó el término de “escucha profunda" para describir la disciplina de interpretar y grabar en espacios atmosféricos y resonantes como catedrales, cuevas y grutas.

 

Laurie Anderson

En 1977, Laurie Anderson creó un violín con cinta magnética en el arco (en lugar de la tradicional crin de caballo) y una tape head en el puente. Aunque más tarde se deshizo de la cinta magnética y usó el contacto con el arco para disparar las secuencias de audio, la creatividad de Anderson, al igual que un filtro vocal que da gran profundidad a su voz, es un motivo recurrente en su trabajo.

Junto con sus filtros vocales, Anderson tenía su 'talking stick', un largo controlador MIDI con forma de bastón diseñado para reproducir sonidos. Así lo describe ella:

[El Talking Stick es] un instrumento inalámbrico que puede accesar y replicar cualquier sonido. Funciona bajo el principio de síntesis granular —la técnica de romper el sonido en pequeños segmentos, llamados granos, y entonces volver a reproducirlos de maneras diferentes. La computadora reorganiza los fragmentos de sonido en líneas continuas o en paquetes aleatorios que son vueltos a reproducir en secuencias traslapadas para crear nuevas texturas.

La pieza, mitad cantada, mitad hablada, “O Superman (For Massenet)”, que hace uso de su Talking Stick, inesperadamente alcanzó el lugar número 2 en el ranking británico en 1981.

 

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Imagen de portada: Doctor Who: Origins (documental, 2006; Wikimedia Commons)

 

Artículo publicado originalmente el 11 de marzo de 2014, actualizado el 24 de septiembre de 2020 por su relevancia y como parte de la revisión del Archivo Pijama Surf.