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El francés es el 5º idioma más hablado del mundo, pero sin duda es uno de los pocos que gozan de una reputación singular que le da una importancia y una reputación de la que otros carecen.

De todas las lenguas del mundo, el francés puede considerarse una con peculiaridades de la que otras carecen y de las cuales obtiene una cierta imagen aun entre personas que no la conocen a fondo. 

A la fecha, el francés es la quinta lengua más hablada del mundo, con un total aproximado de 280 millones de personas francófonas (77 millones teniendo el francés como lengua materna), repartidas sobre todo entre Francia, países africanos como Argelia, Camerún o Senegal (entre otros, adonde el francés fue llevado por la colonización francesa operada en el siglo XIX) y Canadá. Sólo como referencia cabe anotar que el español es el siguiente idioma en el ranking que supera al francés con un total aproximado de 534 millones de hispanoparlantes, 460 millones de los cuales tienen al español como su lengua materna.

Como vemos, si bien dichas cifras son impresionante, hasta cierto punto puede decirse que el francés no es estrictamente una lengua mayoritaria. Como decíamos, el español tiene más hablantes en el mundo (significativamente más). Sin embargo, el francés destaca por una cierta reputación que sin duda (junto a otros procesos sociales como la colonización antes mencionada) le ha permitido mantenerse a flote y generar una influencia destacada por sí mismo como idioma.

¿A qué nos referimos? Entre otros fenómenos, al hecho de que el francés goza hasta la fecha de una identificación importante con ámbitos culturales como la literatura, el cine o la filosofía gracias a los cuales su presencia también se ha mantenido en el mundo. Muchos de nosotros, al pensar en el idioma francés, evocaremos muy posiblemente algún escritor o escritora (desde Molière hasta Antoine de Saint-Exupéry), algún filósofo o pensador (Descartes, Sartre, Camus, Simone de Beauvoir, o algunos más recientes como Julia Kristeva o Michel Onfray), pensaremos sin duda en el Torre Eiffel o en el Museo del Louvre (que han aparecido infinitas veces lo mismo en postales que en películas o en videos musicales), y así sucesivamente. Lo cierto es que la cultura francesa se ha sabido posicionar como un referente incluso deseable, que se busca conocer y que incluso, al tener contacto con ella, contagia con su prestigio a la persona que la visita. 

Este proceso no es casual ni espontáneo. Lo cierto es que desde hace ya varias décadas, los diferentes gobiernos que han dirigido Francia han trazado y ejecutado una política activa de propagación de la cultura francesa en todo el mundo, esto con miras a eventualmente capitalizar dicha atracción para sus propios fines. El estudiante que va a formarse en Francia, el turista que siente deseos de conocer París, la persona que se interesa por el idioma francés y eventualmente termina tomando un curso y quizá adquiriendo libros impresos en Francia… todo ello es de alguna manera resultado de esa política de difusión exterior de cultura francesa. 

En este contexto puede entenderse la celebración, el 20 de marzo de cada año, del Día Internacional de la Francofonía, fijado a instancia de la Organización Internacional de la Francofonía en 1988 y replicado después, en la misma fecha, por la Organización de las Naciones Unidas como Día de la Lengua Francesa. 

En esta fecha suele haber celebraciones que se extienden por una semana y que, grosso modo, buscan poner de relieve la mayoría de aspectos posibles en torno al idioma francés. Como dejamos ver entre líneas hasta lo dicho actualmente, es innegable que la lengua francesa es sumamente rica y variada, y que ya sólo por la cantidad de personas que la hablan y por los muchos países donde esto ocurre, ello da pie a un sinfín de expresiones culturales (en sentido amplio), particularidades lingüísticas y sociolingüísticas, entre otros fenómenos, que fácilmente podrían llenar coloquios, seminarios, festivales y publicaciones de todo tipo.

Si bien es perfectamente aceptable acercarse al idioma francés de acuerdo con la imagen que se difunde desde Francia, esta jornada también puede servir para recordar y conocer todas las otras expresiones emanadas del idioma que ocurren en otros puntos del planeta, particularmente en países en donde el idioma floreció aunque no era su terreno original. Después de todo, la diversidad suele ser la fuente de originalidad de una lengua, y es ahí donde se encuentran sus vertientes más frescas y aquellas que la mantienen con vida.

Si quieres saber más sobre los eventos preparados para las celebraciones de este 2021, te recomendamos visitar el sitio 20mars.francophonie.org, en donde se detallan todas las actividades a desarrollarse.

Et voilà ! Bonne célébration de la langue française a toutes et tous !

 

Imagen de portada: Anthony DELANOIX / Unsplash