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La pandemia ha hecho que la desigualdad económica se incremente cada vez más, creando un distanciamiento peligroso en la humanidad

Entre otros efectos preocupantes de la pandemia, este periodo, además de crisis económica y muerte, ha traído una mayor desigualdad económica. La desigualdad económica es uno de los temas más inquietantes de vivir en el siglo XXI, donde el abismo que separa a los más ricos de los demás se hace cada vez más grande y a la par, la ambición y la falta de humanismo van destruyendo los recursos naturales y el medioambiente.

Un reporte de Oxfam mostró que actualmente las 2 153 personas más ricas del mundo tienen más dinero que 4.6 millones de personas combinadas. Resulta increíble y es un signo de la demencia del mundo, que algunas de estas personas podrían darle de comer diario a millones de personas con sólo donar parte de su fortuna y no lo hacen -mientras, al mismo tiempo, millones de personas sufren diariamente agudas vejaciones-.

Pero además de un problema ético, este es también un problema político y ecológico. El estudio muestra que estas familias de multimillonarios han incrementado su riqueza un 30% en los últimos meses, lo cual demuestra que las circunstancias de la crisis actual afectan mucho más a las clases bajas y pueden ser aprovechadas por los empresarios de rubros como la tecnología y las farmacéuticas, grandes ganadores económicos en estos momentos. Esto tiene efectos importantes, pues los grandes multimillonarios mantienen equipos de lobby e influencia que hacen difícil hacer cambios sustanciales en las políticas económicas o regular a gigantes tecnológicos que tienen una influencia nociva en la sociedad.

Oxfam ofrece algunos datos comparativos llamativos. Por ejemplo, tan sólo veintidós hombres tienen más dinero que todas las mujeres de África. Otro dato, el 1% de la población mundial tiene el doble del dinero que 6.9 mil millones de personas, mientras que existen 735 millones de personas que viven en extrema pobreza

Jeff Bezos, Bill Gates y Warren Buffet juntos tienen más dinero que el grupo del 50% de estadounidenses que menos ingresos tiene. Por ejemplo, para Bezos, gastarse 165 millones de dólares es equivalente a ciento veintiún dólares en el gasto de un estadounidense promedio y Bezos gana más cada segundo de lo que gana el trabajador promedio en una semana. En quince minutos Bezos gana 2.2 millones de dólares, algo que una persona promedio puede, si acaso y en países de altos ingresos, obtener durante toda su vida trabajando. Oxfam también muestra que hay una clara tendencia, con el tiempo, a extender la brecha entre los ricos y los pobres.

 

Consulta en este enlace el reporte de Oxfam, Refugio en la tormenta: necesidades globales de protección social universal en tiempos del covid-19

 


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