*

¿Cuánto tiempo deben durar tus sesiones de meditación?

Salud

Por: - 12/06/2020

Esto es lo que tiene que decir al respecto uno de los grandes maestros budistas de la historia

Se ha demostrado que la meditación tiene numerosos beneficios importantes para la salud, incluyendo la reducción del estrés, del dolor y como un posible tratamiento para trastornos mentales, entre otras condiciones. Más aún, para algunas personas la meditación es más que una medicina o una terapia; es un modo de transformación personal e incluso de conocimiento de la realidad última. 

No es necesario ensalzar las virtudes de la meditación, pero sí es fundamental recalcar que puede no necesariamente ser algo bueno. Aunque en líneas generales meditar no constituye un riesgo importante –salvo para personas con trastornos mentales muy peculiares–, es posible que una sesión de meditación pueda ser contraproducente en algunos casos. ¿Por qué?

Meditar se trata de hacer sencilla la vida y los procesos del cuerpo y la mente, pero para algunas personas, particularmente aquellas que tienen problemas para relajarse o que están muy apegadas a sus conceptos, puede ser difícil. Las personas que tienen pensamientos obsesivos, dados a la rumiación, pueden simplemente fortalecer estas tendencias. En muchos sentidos, es más fácil relajarse y obtener algunos de los beneficios que puede tener la meditación haciendo otras actividades como el ejercicio. La razón tiene que ver con que la meditación es un proceso que requiere introspección y necesariamente también un control de la mente. Esto es más difícil para mucha gente que hacer ejercicios sencillos como correr o ir al gimnasio. Por otra parte, la particularidad de la meditación es que más esfuerzo no necesariamente se traduce en beneficios, por el contrario: una gran cantidad de esfuerzo suele ser contraproducente. En los sutras budistas se compara la mente sobre la que se medita con la cuerda de una vina (un instrumento musical indio), la cual si se tensa demasiado o se deja demasiado suelta no produce sonidos entonados.

Aunque no hay garantías de que meditar producirá resultados, aprender a meditar a fin de cuentas llega a ser algo más valioso que casi cualquier otro tipo de actividad, pues enseña a controlar –o simplemente a aceptar– la mente y soltar la tensión no sólo física sino conceptual y emocional. Es también parte esencial de un proceso de un autoconocimiento que difícilmente se puede lograr sin alguna forma de introspección contemplativa. Para no dañar la psique y para desarrollar el potencial de conocimiento mental es esencial saber cómo meditar y una de las cosas importantes al principio es saber cuánto meditar, pues esto es esencial para poder progresar y afianzarse en la práctica.

No hay un consenso sobre esto. Algunos maestros del budismo theravada suelen ser de la opinión de que hay que simplemente sentarse, sentarse a meditar todo el tiempo que se pueda hasta que se empieza a conseguir calma y claridad. Este acercamiento puede servir para algunas personas, pero no para todas. En el budismo tibetano se enseña generalmente que las meditaciones de los principiantes deben ser cortas, para mantener cierta frescura.

Una buena elucidación de este tema puede encontrarse en el texto de lam rim ("etapas del sendero") de Je Tsongkhapa, el gran patriarca de la orden gelug, la cual es actualmente encabezada por el Dalái Lama. Tsongkhapa anota que existe la opinión en el Tíbet de que si se medita poco y se corta la meditación en un buen momento la persona tendrá más ganas de meditar cada sesión, mientras que lo contrario ocurre si al meditar uno acaba cansado. El gran maestro indio Kamalashila, en su texto Etapas de la meditación, señala: "En esta etapa practica entrar en estabilidad meditativa por veinticuatro minutos, una hora y media, tres horas o tanto como puedas". Esta instrucción es un poco críptica, pero Tsongkhapa la desglosa.

La tradición budista se considera un "camino medio" y esto aplica también a la meditación. Se busca evitar el extremo de la excitación y el de la lasitud. Tsongkhapa escribe que si eres capaz de practicar la atención plena y recordar tu objeto de meditación con una buena aplicación, no importa si tu sesión es larga. Es decir, las personas que son capaces de siempre regresar al objeto, sin que necesariamente estén en el estado más profundo de concentración y paz, pueden practicar mucho tiempo sin temor.

Por el contrario, si una persona no es capaz de regresar a su objeto meditativo, es muy probable que empiece a padecer largos intervalos de lasitud o excitación. Los momentos de sopor y obnubilamiento o momentos de estrés, frustración y demasiado esfuerzo no son poco comunes en estos casos. Más allá de que esto pueda tener efectos negativos en la psique de una persona, lo esencial para Tsongkhapa es que la lasitud y la excitación dificultarán las próximas sesiones de meditación, ya sea porque el meditador probablemente tenga menos interés o porque estos dos extremos forman hábitos en la mente. Después de todo, las palabras que se usan para meditar en tibetano (sgom-pa) y sánscrito (bhavana) significan algo así como "familiarizarse", "habituarse" o "convertirse". Si meditar es crear hábitos positivos en la mente, entrar en estados de lasitud y excitación es hacer lo opuesto.

Tsongkhapa concluye señalando que esta es la idea detrás de la instrucción de Kamalashila. La duración de la sesión depende de la capacidad del meditador. Veinticuatro minutos pueden ser una buena sesión para alguien que no tiene mucha experiencia, una hora y media puede ser algo bueno para una persona de mediana capacidad y tres horas o más para alguien con capacidades más altas. En realidad, la tradición tibetana recomienda incluso sesiones más cortas para principiantes. Diez minutos pueden ser suficientes, pero idealmente deben repetirse a lo largo del día. Una razón que explica esto tiene que ver con que en la actualidad la mente de las personas está más agitada y tiene menor capacidad de mantenerse concentrada. Lo cual por otro lado es una buena razón para meditar, pues como dice el dicho, si no puedes quedarte sentado meditando diez minutos, realmente debes meditar una hora. Sí, una hora, pero en pequeña sesiones. Esto es lo que podemos aprender del excelente lam rim de Tsongkhapa.

 


También en Pijama Surf: ¿Cuál es el objetivo de la meditación y cómo saber si se está meditando bien?