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Octubre nos recibe con un espectáculo maravilloso: una luna llena en el primer día del mes

Este 1 de octubre no es únicamente el inicio de un nuevo mes en el calendario, sino también la fecha en que la luna llega a la más espectacular de sus fases: el plenilunio. En este caso, además, la luna llena abre un mes especialmente destacado por la claridad de sus cielos nocturnos, lo cual brinda el escenario perfecto para ocasiones de observación y disfrute sumamente especiales de la luna y otros astros.

Esta noche, la luna llena en cuestión lleva el sobrenombre de “luna de la cosecha” en la tradición anglosajona. Como hemos explicado en publicaciones previas, en las culturas inglesa y estadounidense cada plenilunio fue apodado en siglos previos con un mote especial, casi siempre en alusión a algún detalle propio de ese periodo, por ejemplo, si la luna coincidía con la época de floración de alguna especie en particular, con un momento del año en que determinado animal salvaje era avistado con mayor frecuencia o con prácticas sociales como la siembra o la caería.

La luna de la cosecha pertenece a este último tipo. Como el nombre lo indica, se trata de una luna llena que por mucho tiempo coincidió con el momento de cosecha, cuando el ciclo agrícola se llevaba a cabo en función de los ciclos naturales asociados con las estaciones del año. En buena parte de las culturas del hemisferio norte, las semanas finales de septiembre y a veces las iniciales de octubre se usaban para recoger granos, frutos y en general todo lo resultante de la siembra realizada en meses previos. De ahí también el sentido del otoño como una estación de “recogimiento” en que las comunidades se preparaban para enfrentar la adversidad del invierno.

Respecto a este plenilunio, también hay otros ritos asociados con la luna llena posterior al equinoccio de otoño. En China, por ejemplo, esta noche de luna llena se considera la “noche más romántica del año” y es símbolo también de la Fiesta de Medio Otoño, la segunda festividad más importante en China después del Año Nuevo (acorde a su calendario), la cual se celebra desde hace más de tres mil años. Según los historiadores, este festejo está asociado con el culto antiguo a la luna, la fertilidad, ciertas diosas femeninas del panteón chino e incluso la menstruación. Esta tradición conlleva una interesante historia de amor y heroísmo que vale la pena transcribir:

En el pasado antiguo, había un héroe llamado Hou Yi que era excelente en el tiro con arco. Su esposa era Chang'e. Un año, los diez soles se elevaron juntos en el cielo, causando un gran desastre a la gente. Yi derribó nueve de los soles y dejó sólo uno para dar luz. Un inmortal admiró a Yi y le envió el elixir de la inmortalidad. Yi no quería dejar Chang'e y ser inmortal sin ella, así que dejó que Chang'e se quedara con el elixir. Sin embargo, Peng Meng, uno de sus aprendices, conocía este secreto. Así que, el 15 de agosto en el calendario lunisolar chino, cuando Yi se fue de caza, Peng Meng entró en la casa de Yi y obligó a Chang'e a darle el elixir. Chang'e se negó a hacerlo. En su lugar, se lo tragó y voló al cielo. Como amaba a su marido y esperaba vivir cerca, eligió la luna para su residencia. Cuando Yi regresó y supo lo que había pasado, se sintió tan triste que mostró las frutas y pasteles que le gustaban a Chang'e en el patio y le dio sacrificios a su esposa. La gente pronto aprendió sobre estas actividades, y como también simpatizaban con Chang'e participaron en estos sacrificios con Yi.

(Manual de mitología china, Lihui Yang)

Es a partir de esta leyenda que la festividad de mediados de otoño en China está acompañada de un pan especialmente hecho para la ocasión conocido como “pastel de luna”,  hecho de pasta de semilla de loto y huevos de pato, el cual se come en compañía de familiares y amigos. Una adición más o menos reciente a la celebración es encender linternas de papel para acompañar la noche.

Cabe mencionar, por último, que octubre será especialmente abundante este año, pues durante el mes habrá no sólo una, ¡sino dos lunas llenas! En efecto: a la luna llena del 1 de octubre se sumará un segundo plenilunio el día 31.

 

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