Estas actividades pueden reducir los síntomas de la tristeza
Salud
Por: Luis Alberto Hara - 11/29/2019
Por: Luis Alberto Hara - 11/29/2019
La tristeza es una de las emociones básicas en el ser humano y no sólo nos puede brindar un refugio de descanso necesario sino también una dimensión más amplia de la situación que estamos viviendo. Los antiguos filósofos griegos solían llamar a la tristeza una "incubadora", en el sentido de que puede vivirse como un tiempo de reflexión y hasta de detenimiento, necesario para pasar después a un período de gran acción y exploración.
En nuestra época, distintas disciplinas científicas abocadas al estudio de la psique humana y las emociones, han demostrado que hay ocasiones en que la tristeza posee también rasgos epigenéticos: no sólo se transmite a través de los genes (compartiendo bases biológicas); también se ve influenciada por el medio en el que se vive. Por ello, es importante comprender a la tristeza desde una visión biopsicosocial.
Teniendo en consideración que la tristeza tiene a la vez una dimensión biológica, social e individual, los especialistas en la salud establecen ciertos parámetros que permiten comprender cuál es la mejor pauta para regular la tristeza. A veces, si el origen es principalmente fisiológico, se requiere hacer uso de antidepresivos y ansiolíticos para regular la alteración de neurotransmisores como la serotonina y la dopamina. En otras ocasiones, el trabajo conjunto tanto de un tratamiento farmacológico como de uno psicoterapéutico promueve un máximo bienestar general.
Si bien el DSM-V (Diagnostic and Statistical Manual of Mental Disorder, el manual "oficial" de la psiquiatría estadounidense) posee una serie de síntomas para diagnosticar diferentes tipos de depresión, lo que sí queda claro es que si una persona pasa por al menos cinco de los siguientes síntomas durante más de 2 semanas, es momento de buscar una red de apoyo especializada:
Una vez que se cuente con una cálida red de apoyo, incluyendo un especialista en salud mental con estudios basados en la ciencia, psicología y psiquiatría, es importante tener en mente los mitos y realidades de vivir con tristeza.
Si bien las terapias de tipo cognitivo-conductual suelen contarse entre las más eficaces para tratar casos de tristeza, ansiedad y depresión, es importante comprender que existen otros tipos de terapia psicológica que igualmente pueden tratar dichos estados. En el psicoanálisis, por ejemplo, la tristeza puede ser considerada el síntoma visible de una circunstancia mucho más profunda, lo cual implica que hasta no tratar las causas reales, el síntoma persistirá; en ese sentido, la cura psicoanalítica, aunque quizá más prolongada en el tiempo y más exigente en el trabajo personal que el paciente necesita emprender, en el mediano y largo plazo puede implicar una transformación subjetiva mucho más sólida.
En todo caso, sea cual fuere el tipo de terapia en el cual la persona se sienta cómoda, lo importante es señalar que acudir con un especialista de la salud emocional y psicológica puede considerarse siempre la primera opción para resolver el malestar que nos aqueja.
Otras actividades que promueven el bienestar emocional pueden ser:
Aprender a darle un lugar a la tristeza en la propia vida es el camino que no sólo nos lleva a un profundo autocuidado y conocimiento, sino también a descubrir facetas que implican un crecimiento de la autoaceptación respecto de las circunstancias en que una persona se encuentra: "Soy yo, con mi malestar y mis dificultades, y así me he logrado cuidar durante todos estos años".
Darle un lugar a la tristeza es el primer paso para eventualmente poder despedirla, no sin antes agradecerle todo lo que aprendimos de ella.
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Imagen de portada: Maxime Caron