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Mia Khalifa denuncia la toxicidad de la industria pornográfica (ENTREVISTA)

Sociedad

Por: Jimena O. - 10/31/2019

En entrevista con la BBC, Mia Khalifa develó la cruenta realidad de la industria del porno mainstream.

Conocida por su actuación en una película porno con un hijab islámico, Mia Khalifa fue una de las actrices porno más populares de nuestra era. De origen libanés-estadounidense, Khalifa se convirtió en la actriz más vista en la plataforma Pornhub en tan sólo 2 meses de aparecer en escena (octubre de 2014). Su carrera en la industria comenzó en 2014 y terminó en 2015, y desde entonces Khalifa ha intentado regresar a una vida lejos de la industria del porno como influencer, comentarista deportiva y modelo webcam. Y hace poco empezó a alzar su voz para compartir sus experiencias como actriz porno.

 

Mia Khalifa en la industria del porno mainstream

Antes de comenzar, es importante contemplar que en la industria existen distintos sectores. El más popular y el que se ha encargado de representar la educación sexual de varias generaciones es la pornografía mainstream. Desde hace décadas, como bien lo menciona Ismael López Fauste, escritor fantasma para el Salón Erótico de Barcelona y algunas productoras de la industria pornográfica, es un sector principalmente misógino, racista, LGBTTTIQA+fóbico y capitalista. Y, sin embargo, el más popular y acaudalado de la industria. 

En entrevista con la BBC, Mia Khalifa se encargó no sólo de develar la cruenta realidad de la industria del porno sino también de desmitificar creencias estereotipadas que rondan en este trabajo. Ella habló claro: fueron sus problemas de autoestima los detonantes que le hicieron buscar la aprobación masculina en la industria pornográfica: 

Yo no creo que la baja autoestima discrimine a nadie. ¿Importa si vienes de una buena familia o si vienes de un entorno no tan bueno? Luché toda mi infancia con el sobrepeso y nunca me sentí atractiva o digna de la atención masculina. Y de repente, en mi primer año de universidad, empecé a perder mucho peso al hacer pequeños cambios. Y para cuando me gradué, estaba lista para marcar la diferencia. Me sentí muy cohibida por mis senos, porque eso fue lo primero que perdí cuando bajé casi 22 kilos. Y después de sentir cómo era esa validación y los cumplidos, no quería que acabara.

Y es que, explica Khalifa, así es como se llega al mundo del porno. No es que alguien haya llegado a decirle “Oye, ¿quieres meterte al porno?”, sino una cascada de cumplidos acompañada de propuestas de trabajo de modelaje: “Fue más un ‘Eres hermosa, ¿te gustaría modelar un poco? Sabes, tienes un gran cuerpo y creo que serías genial para modelar’”.

En la entrevista aclaró también una realidad de explotación laboral en la industria de la pornografía (sin mencionar que muchos de sus trabajadores realizan el trabajo en condiciones antiéticas). Pese a su gran popularidad en la industria y a nivel mundial y la acaudalada cantidad de dinero que ganaron los productores, ella tan sólo recibió “12 mil dólares (240 mil pesos) por un total de seis videos. Generó millones y millones de dólares, tanto para Bang Bros como para el sitio PornHub”. La mayoría del dinero generado por las películas porno nunca alcanza a los bolsillos de sus protagonistas. Y eso sin olvidar que aunque advirtió a la productora Bang Bros sobre el riesgo en que ponía su vida al estelarizar una escena porno con un hijab islámico, la empresa sólo la ignoró. Para Khalifa, “Así son las cosas. No soy la única”.

 

La pornografía mainstream, algo de lo que Khalifa quiere alejarse

Para Mia Khalifa, la fama debido a sus películas le generó un gran conflicto en su vida personal. Si bien ha intentado distanciarse de esa parte de su vida, no ha podido:

Lo primero que aparece es un sitio del que no tengo control, pero que desde el inicio está escrito en primera persona, como si fuera mío. Y en Wikipedia se publica como mi sitio web oficial. Y hemos intentado innumerables veces eliminarlo, incluso a través de acciones legales, pero la compañía no escucha. Y les hemos hecho innumerables propuestas.

Ello, sin dejar a un lado que su vida no ha dejado de verse afectada por el estigma social en torno a la pornografía y el sexo. 

Pero esto no significa que todo tipo de porno es tóxico: si se desea consumir una película porno, es importante investigar qué directores y productores hay detrás, la ética profesional del proyecto, qué mensaje de sexualidad y erotismo están mandando, qué respeto hay hacia las minorías representadas, qué placer genera en cada uno de los actores, qué sensaciones produce en el cuerpo. Después de todo, el porno mainstream no es la única oferta en el mundo del erotismo. 

 

 

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