*

Sin un cambio radical en nuestra actividad como especie, la Tierra podría entrar irreversiblemente en un nuevo período de glaciación

Hasta ahora la humanidad no sabe bien a bien la dimensión de la crisis ambiental que nuestra actividad está provocando en el planeta. Durante más de 1 siglo, el ser humano ha afectado ecosistemas, ha extinguido especies, ha desviado ríos y destruido montañas, más o menos sin cambios significativos durante todo este tiempo o, mejor dicho, sin cambios que hayan amenazado seriamente nuestra supervivencia. 

Sin embargo, es muy posible que el momento histórico en que nos encontramos sea muy diferente. No son pocos los estudios y pronósticos que señalan el peligro que representa para nuestra especie y aun para la integridad del planeta el modo de vida general que llevamos, basado en la producción incesante de bienes, el consumo exacerbado y la ilusión del crecimiento infinito. ¿Pero hasta dónde puede llegar esta tendencia en un planeta de recursos limitados y posibilidades finitas?

En ese sentido, un estudio reciente alerta sobre la posibilidad real de que el efecto de la actividad humana sobre el planeta esté a punto de desencadenar el inicio de una glaciación, esto es, un descenso radical de la temperatura de la Tierra que lleve al congelamiento de océanos y continentes. 

Los autores de esta hipótesis son los investigadores Malte Jansen y Alice Marzocchi, adscritos al Departamento de Ciencias Geofísicas de la Universidad de Chicago, Estados Unidos. En un estudio realizado recientemente, Jansen y Marzocchi estudiaron las causas y factores que han llevado a la Tierra a períodos de glaciación seguidos de otros en que la temperatura global sube y el hielo se repliega. 

De acuerdo con los análisis de Jansen y Marzocchi, así como de otros estudios previos, el nivel de la temperatura en la Tierra depende directamente de un intercambio de dióxido de carbono que ocurre naturalmente entre la atmósfera y los océanos, el cual incide a su vez en otros ciclos que han hecho posible la vida en el planeta durante millones de años.

Dicha constatación llevó a los investigadores a plantear un modelo con el que pudieran predecir los cambios en la temperatura del planeta a partir de los niveles actuales de dióxido de carbono, así como aquellos futuros según la actividad de nuestra época. Para complementar este análisis predictivo, Jansen y Marzocchi analizaron también sedimentos de los océanos y muestras de corales, para entender los cambios de temperatura sucedidos en la Tierra.

Según sus resultados, si los niveles de dióxido de carbono en la atmósfera y los océanos mantienen su tendencia actual, un efecto directo será que el mar Antártico comenzará a expandirse, lo cual afectará directamente el intercambio del gas con la atmósfera, bloqueándolo. Sin el dióxido de carbono que la atmósfera recibía de los océanos, se desencadenará una reversión del efecto invernadero, con lo cual la temperatura del planeta bajará hasta permitir el surgimiento de hielo en los océanos y los continentes. Es decir, la Tierra entraría nuevamente en una era de hielo o un período de glaciación.

A decir de Marzocchi, los océanos tienen una función clave en la regulación de los niveles globales de dióxido de carbono y, por consecuencia, en los niveles de la temperatura global. Hasta donde se sabe, así ha sido durante todas las eras geológicas conocidas, y la nuestra no es la excepción.

 

También en Pijama Surf: Este profesor del MIT calculó en 1973 el año en que la humanidad colapsaría (y hasta ahora ha acertado en todo)

 

Imagen de portada: Game of Thrones, David Benioff y D. B. Weiss (2011-2019)