En terapia de pareja es usual encontrar relaciones que mantienen conductas autodestructivas aparentemente sin darse cuenta. Los celos excesivos, la falta de confianza en el otro, la dificultad para emprender proyectos en pro del futuro de la pareja, entre otros más.
Y aunque a veces no lo parezca, una de esas conductas nocivas es el responsabilizarse de los actos, emociones y pensamientos del otro y , a su vez, responsabilizar al otro de nuestras conductas, emociones y pensamientos. Esa discusión más o menos típica de la pareja en que uno y otro se reclaman por las cosas que hacen es, de hecho, expresión parcial de esta conducta.
Por norma general, vincularse desde una posición de “tu dolor = mi responsabilidad” tiende a resultar en un tipo de pareja que, de acuerdo con los terapeutas especializados, se define como pareja simbiótica.
Las parejas simbióticas suelen tener un vínculo en donde la individualidad no tiene un sitio dentro de la relación y, por consecuencia, se limita la presencia de otras personas como amigos, familiares o compañeros de trabajo o de escuela. Como consecuencia, el vínculo se vuelve una especie de hoyo negro en donde desaparece la confianza y comodidad de ser aceptado y amado sin condiciones: se empiezan a guardar secretos, las exigencias son cada vez más recurrentes, las tensiones y peleas se vuelven cotidianas. ¡Inclusive es imposible tener una conversación normal!
La reactividad simbiótica se debe principalmente a la apropiación de las emociones, pensamientos y conductas del otro: nos hacemos responsables de todo eso, reaccionando siempre a la defensiva y con rechazo. Desde esta posición, es difícil escuchar el verdadero malestar de la pareja y se pierde la oportunidad de la intimidad, necesaria para compartir abiertamente la experiencia, las emociones y los sentimientos.
Como puede deducirse, la clave es evitar hacerse cargo del malestar del otro ni reaccionar responsabilizándose al respecto.
Los terapeutas de pareja recomiendan realizar los siguientes pasos para aprender a desaprender la apropiación de las emociones, pensamientos y conductas del otro:
Este proceso requiere tiempo y mucha toma de conciencia; sin embargo suele recomendarse para brindar un poco de flexibilidad dentro de las relaciones de pareja. De este modo se pueda ofrecer un vínculo más auténtico y realmente amoroso.
Después de todo, uno es responsable del tipo de vínculo amoroso que desea tener.
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