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"Un ‘Terminamos’ puede que sea demasiado directo, pero todo lo que necesitas es decir ‘Tenemos que hablar’ para que la otra persona tenga unos segundos para procesar que hay malas noticias"

Las rupturas amorosas son dolorosas y liberadoras. Algunas requieren un par de semanas para superar el mal de amores; otras, un poco más de 1 año. Unas necesitan una plática para tomar conciencia de su ruptura; otras, peleas constantes, bloqueos en redes sociales y quizá hasta meses de intentarlo una y otra vez hasta que el corazón se canse. Hay quienes dicen que el impacto de la ruptura no depende de los años que duró la relación, sino de la intensidad de las emociones y, sobre todo, de la manera en que se decidió terminar con la esperanza del amor.

Es decir, uno puede agilizar o retardar la superación de una relación si, por un lado, posee la sensación de que aún queda algo por hacer, y por otro lado, la esperanza aumenta si la ruptura fue inconclusa. Si se terminó por mensaje de alguna red social o mensaje de texto, el día del cumpleaños de uno de los miembros o en el funeral de alguien, con la esperanza de retomar la amistad como si una intimidad emocional no se hubiese visto involucrada, aplicando el tan famoso ghosting o desapareciendo sin más –sin explicaciones ni anuncios–, la sensación de que “aún queda algo” por solucionar persiste y, en consecuencia se vuelve difícil cerrar el ciclo del noviazgo o la pareja.

No obstante, de acuerdo con Alan Manning y Nicole Amare, profesores de lingüística de la Universidad del Sur de Alabama, una manera adecuada para cerrar el ciclo del noviazgo y permitir el inicio de la cicatrización es decir y recibir las malas noticias directamente: sin rodeos. En palabras de Manning:

Un ‘Terminamos’ puede que sea demasiado directo, pero todo lo que necesitas es decir ‘Tenemos que hablar’ para que la otra persona tenga unos segundos para procesar que hay malas noticias. […] Si eres el que más empeño pone en la relación, seguramente te sentirás más cómodo a la hora de romper. Pero esta encuesta [realizada en un estudio con 145 participantes] te hace imaginar que eres tú el que recibe la mala noticia, y por lo tanto debes elegir cuál es la mejor manera de poner punto final a la relación.

Si bien ser directo con las malas noticias suele ser difícil, es importante recordar que uno sólo es responsable de las palabras, acciones y emociones propias, y a lo que sienta, haga y diga la otra persona no nos corresponde atender ni permitir que nos afecte. De modo que lo importante para superar la ruptura de una relación es cerrar los ciclos de manera directa: aun cuando duele y se siente incómodo, aun cuando consideremos que es más fácil escabullirnos sin dar la cara y el proceso del desapego se retrase hasta impedir el inicio de otra relación con otro individuo. Después de todo, si se tuvo el valor de iniciar un ciclo amoroso, asumiendo sus responsabilidades, también es posible poseer ese mismo valor para terminarlo, tomando los aprendizajes necesarios.

 

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Imagen de portada: Adrian Tomine