Todos hemos escuchado el término “personas tóxicas”, y quizá sea algo arbitrario (como cualquier etiqueta), ya que todos hemos podido pasar por una etapa así. Cuando en la vida social consideras que estás cerca de una persona que no te hace bien es mucho más fácil alejarte, pero ¿qué pasa si esa persona es parte de tu trabajo, y de uno que te gusta? De ser así, la situación se complica mucho más.
Aunque lo anterior es uno de los fenómenos laborales más frustrantes, en realidad también podría convertirse en un enorme reto que te genere gratificaciones y autoconocimiento. Si bien no podemos controlar todo lo que ocurre a nuestro alrededor, sí podemos incidir en cómo reaccionamos a ello.
Algunas recomendaciones para lidiar con personas tóxicas en el trabajo:
Evalúa tu posición
En el mundo laboral hay posiciones de poder. Si la persona tóxica es tu jefe, estás en un problema mucho mayor a si sólo se trata de un compañero de trabajo. Analiza tu posición de poder y sé inteligente en torno a ello. Si realmente quieres conservar tu empleo, es necesario que seas realista sobre tu estatus laboral y el campo de acción que ello te confiere.
Interactúa lo menos posible
Cuando tengas que interactuar hazlo con paciencia, pero trata de interactuar lo menos posible, sin que sea muy evidente. Por ejemplo, si la persona está sentada cerca de ti inventa discretamente alguna excusa y consigue que te cambien de lugar.
Sé empático
Sí: una persona engreída o envidiosa tiene, en realidad, muchísima inseguridad. No se trata de que te tragues todas sus groserías, pero piensa en los problemas de personalidad que la llevan a tener esa actitud, imagina sus posibles problemas familiares (aunque quizá sean tu invención) y trata a ese individuo con la mayor comprensión que puedas.
Piénsalo como un reto
Siempre habrán personas con las que no conectes tanto; evita que se conviertan en tu enemigo y aprende a autoconocerte y controlar tu ira; más que un lastre, esta es una situación que siempre experimentarás, porque ningún entorno social es perfecto.
Evita discutir y afina tu construcción del lenguaje
La libertad de expresión es un derecho, pero en ocasiones es mucho mejor escuchar y tomar la palabra de manera inteligente. Las maneras son también cruciales. Por ejemplo, antes de revirar una sentencia di "Sí" y después añade "Aunque en mi opinión...", o bien, "De acuerdo, pero si tomamos en cuenta...", etc. Este tipo de recursos suavizan el diálogo y promueven el entendimiento (y lo mismo aplica para el lenguaje escrito).