Ahora que nuestro cerebro puede escanearse para múltiples estudios, la interpretación de esta información puede expandirse a las artes, y muchos ejemplos lo comprueban.
Acceder al mundo de lo que pasa ahí a nivel vibratorio, electromagnético, abre un espacio para el universo del sonido, de las imágenes, lo sensorial, incluso, y los artistas explorarán cada vez más estos espacios con la codificación como herramienta.
En esta tendencia, donde se conjuntan las ciencias y las artes, un proyecto llamado Mindswarms tiene su muy especial aura. Saatchi & Saatchi Wellness se acercó hace poco al estudio de tecnología creativa random quark con el fin de que monitorearan el cerebro de personas que, en un ejercicio, recordaron momentos importantes en su vida.
Un aparato llamado EEG rastreó la energía electromagnética del cerebro al momento de estos ejercicios. Naturalmente, la mayor parte de actividad en el cerebro se produjo en las zonas asociadas a las emociones.
El registro de esta actividad fue después convertido en imágenes de este flujo de memorias e impreso en las siguientes imágenes retomadas por The Creators Project de Vice.
Las olas de emociones están acompañadas (como título) del recuerdo que los participantes dijeron haber tenido y el sentimiento que les produjo. Estas tecno-obras se ilustran, así, a partir de los recuerdos y emociones como materia prima.
Cuando encontré que mi tumor era benigno (Amor y sorpresa)
Cuando mi novio me propuso matrimonio (Amor y miedo)
Cuando mi madre tuvo una cirugía de cerebro (Miedo y disgusto)
Cuando era joven y vivía en mi casa de campo en España (Amor y gozo)