*

Crónica de una muerte anunciada

Ante la muerte de Fidel Castro, el polémico exmandatario de Cuba, quien fuera uno de los más longevos dictadores, considerado por muchos un tirano y por otros el "último revolucionario", se han producido diversas reacciones. No hay duda de que Fidel en muchos aspectos fue un líder duro, acusado de no respetar los derechos humanos según están instituidos internacionalmente, que muchas veces fue necio en su defensa de la revolución y del socialismo, pero también es indudable que fue una de las pocas personas capaces de resistirse al capitalismo y al poder imperial estadounidense, expresando con ahínco un discurso alternativo al neoliberalismo y al materialismo. Se le conoció también por congregar a intelectuales de izquierda como García Márquez o Jean-Paul Sartre, entre otros: su efervescencia por la palabra, por el discurso y la arenga, lo hicieron un memorable aunque a veces tedioso orador y conversador. Fidel memorablemente dijo: "Quien no sea capaz de luchar por otros no será nunca suficientemente capaz de luchar por sí mismo".

Fidel había dejado el poder a su hermano Raul después de una enfermedad en el 2006, por lo que su muerte no cambia mucho la actualidad política de Cuba; se puede decir, parafraseado el título de un libro de García Márquez, que su muerte fue una crónica anunciada, sin embargo sí tiene una influencia simbólica que está por verse. Una figura como Fidel parece de otro tiempo, demasiado grande, ligada a una tipo de conciencia que ha sido aplastada por la economía global. La muerte de Castro es un signo de los tiempos, la izquierda en el mundo está en un estado moribundo y no parece producir el necesario contrapeso ante una ola mundial de nacionalismo que tiende a radicalizarse hacia la derecha. 

Donald Trump, tirando por la borda el trabajo político conciliatorio de Obama, reaccionó diciendo que Castro era un "brutal dictador". El vicepresidente electo Mike Pence dijo que una nueva esperanza existe para liberar a Cuba y enfatizó que apoyarán "al pueblo cubano oprimido en aras de una Cuba democrática y libre". Newt Gingrich advirtió que Obama no debe ir al funeral ni mostrar sus respetos. 

El expresidente Carter tuvo una reacción muy distinta: "Rosalynn y yo compartimos muestra solidaridad con la familia Castro y los cubanos. Recordamos afectuosamente nuestra visita a Cuba y el amor por su país. Deseamos a los cubanos paz y prosperidad en los años venideros".

Juan Manuel Santos reconoció el papel de Castro en el proceso de paz de Colombia: "Fidel Castro reconoció al final de sus días que la lucha armada no era el camino. Contribuyó así a poner fin al conflicto colombiano".

El político mexicano Cuahtémoc Cardenas dijo: "Fidel luchó siempre por la emancipación de su pueblo, congruente con los más dignos ideales internacionalistas".

Vargas Llosa dijo:

Espero que esta muerte abra en Cuba un período de apertura, de tolerancia, de democratización. La historia hará un balance de estos 55 años que acaban ahora con la muerte del dictador cubano. Él dijo que la historia le absolverá. Y yo estoy seguro de que a Fidel no lo absolverá la historia.

Juan Villoro:

Lo considerábamos inmortal, pero al final hemos visto que era humano... Tengo la edad de la revolución cubana y hemos envejecido juntos. Fue la depositaria de muchos ideales de justicia social, pero ella misma los fue traicionando. Los motivos son variados, pero fueron decisivos sus propios errores y la persecución de disidentes.


Daniel Divinsky:

Fidel marcó un giro en la historia de América Latina, más allá de los desbordes posteriores… ¿Lo peor? El avasallamiento de los derechos humanos, la persecución de personas que no estaban contra la Revolución sino que buscaba reformas, no derrocarlo.

Para el conocido editor argentino, de 74 años, no hay herederos de Fidel: “Se acaba en sí mismo. En los últimos tiempos decepcionó mucho. Como decía Perón de sí mismo, era ya un león herbívoro. Surgirán otros, pero ya no habrá un liderazgo individual como el suyo".

El poeta Rafael Alberti había dicho de Fidel en 1996:

Las ideas como las que Fidel Castro defiende no envejecen nunca. Sigo reteniendo del líder cubano la imagen de un heroico homérico, tanto por sus incontables combates pletóricos de juventud como por su impresionante personalidad. Fidel es la esperanzada luz de un futuro más solidario y más justo. 

 

Aquí pueden consultarse una serie de artículos escritos por Fidel en los últimos años