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Las pinturas de Colin Batty son un ejemplo de la ingeniería de la imaginación reconstruyendo el mundo; cada una de estas fotografías provenientes de la época del imperio victoriano fue modificada y pintada a mano para ser transformada en monstruos cuasi-humanos y quimeras surrealistas

Drácula, Frankenstein, Jack “piernas de resorte” y el fantasma de Hammersmith son algunas de las criaturas amorfas y espectros espeluznantes que reinaron en las leyendas de las calles góticas en la Inglaterra victoriana, a principios del siglo XIX. La lucha filosófica entre la verdad y la mentira, el bien y el mal o lo sacro y lo profano fueron los péndulos de la literatura y las leyendas que causaban horror en la época, al mismo tiempo que reflejaban una metáfora interesante sobre los miedos y las contradicciones del alma por repeler las condiciones ortodoxas en las que se vivía. Los monstruos, las quimeras o los sujetos cuasi-humanos peligrosos, resultaron ser la proyección en vida de los horrores de la vida cotidiana y un fantástico ejemplo de la imaginación trastornada del hombre que no descansa ni un momento, distorsionando todo lo que encuentra a su paso, como si la realidad necesitara ser reconstruida en el océano de la mente. 

Las pinturas del artista Colin Batty son un ejemplo de la ingeniería de la imaginación reconstruyendo el mundo; cada una de estas fotografías provenientes de la época del imperio victoriano fue modificada y pintada a mano para ser transformada en monstruos y criaturas surrealistas que ponen a trabajar a nuestro cerebro y a pensar en cuál podría ser cada una de sus historias: tal vez una deformidad después de haber contraído la peste, o quizás los efectos de la revolución industrial, alteraron genéticamente a las personas de estas imágenes. 

Colin es un artista inglés con sede en Manchester. Algunos de sus trabajos alternos más reconocidos inmiscuyen al excéntrico Tim Burton (en Mars Attack) y a los afamados diseños del Alien y el depredador que Colin esculpió para la película.