Steve Jobs famosamente dijo que el LSD cambió su vida. La persona que vivió más cerca esta etapa formativa de Jobs fue su amigo Daniel Kottke, quien estudiaba con Jobs en el Reed College en Portland y que luego trabajó con él en Apple.
En esta entrevista para CNN, que recientemente parece tener una fijación con la relación entre Silicon Valley y el LSD, Kottke cuenta cándidamente cómo fueron sus experiencias tomando LSD. Al parecer lo que unió a los dos jóvenes fue leer el libro Be Here Now, de Richard Alpert (Ram Dass), quien fuera colega de Tim Leary en Harvard durante los primeros experimentos con psicodélicos en Divinity Lane.
Según Kottke, cuando tomaban ácido no hablaban mucho, entraban a un estado meditativo, era la época en la que querían ser monjes (de ahí el otro gran interés de Jobs: el zen). En esa época fue cuando fueron a la India; Jobs le invitó el viaje, se raparon y viajaron como monjes-wannabe.
Kottke trabajó haciendo pruebas con las computadoras en los inicios en Apple. "Una vez que Apple empezó, Jobs se concentró en hacer que Apple fuera un éxito y ya no necesitaba psicodélicos para eso", dice.
Estas confesiones nos siguen asombrando, puesto que parte de nuestra cultura se resiste a aceptar que muchas de las personas más brillantes del mundo no se comportan de manera normal ni siguen las reglas. Pero es precisamente esto lo que les permite imaginar mundos distintos e inventar cosas nuevas que transforman nuestras vidas (lo cual no significa que tomar LSD es una fórmula para volverte millonario o escribir una obra maestra).