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Las protestas estudiantiles de Hong Kong poseen un símbolo inusitado para identificarse y diferenciarse de otras: las sombrillas. Pero este aditamento no sólo es reminiscente de cierta elegancia y sentido de la precaución climática, sino también un aliado invaluable para enfrentar la cruda represión policial en las calles.

Algunos medios han comenzado a referirse a las protestas de Hong Kong como “la Revolución de las Sombrillas” (o Paraguas), debido a la ubicuidad y pervivencia de las herramientas en las imágenes que circulan en los medios.

Las protestas han tenido lugar debido a que los ciudadanos de Hong Kong, especialmente los jóvenes, desean mayor autonomía respecto a la China continental, además de luchar por sufragio universal (actualmente, el jefe de gobierno es elegido por un comité de políticos leales a Beijing) por lo que, desde la semana pasada, están cumpliendo su promesa de paralizar el distrito financiero de Hong Kong, uno de los más importantes de la región, a través de la acción no violenta y la desobediencia civil. Puedes saber más acá.

¿Pero cómo surgió el paraguas como un arma subversiva? Se trató de una afortunada casualidad: en Hong Kong, los meses de lluvia más intensa son junio, julio, agosto y la mitad de septiembre, por lo que de todas maneras la gente que iba a protestar llevaba consigo paraguas. Cuando la policía comenzó a lanzarles chorros de agua y gases lacrimógenos con la intención de dispersarlos, se dieron cuenta de que podían utilizarlos para protegerse.

Según el sociólogo chino Ho-Fung Hung, “los manifestantes están organizados, y muy bien preparados. Por ello ves este mar de sombrillas en la línea del frente”. Para el estudioso Jeff Wasserstrom, además, “son un símbolo maravilloso, pienso, que parece haber emergido orgánicamente para bloquear gas pimienta y gas lacrimógeno”.