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Ondrej Pakan, fotógrafo eslovaco, nos revela con sus fotografías magnificadas de insectos un mundo inesperado de formas perfectas, colores y texturas de una realidad que, paradójicamente, casi siempre nos pasa inadvertida.

Un coccinélido (la popular "mariquita")

El mundo de los insectos, lo sabemos de sobra, es uno de los más sorprendentes de la naturaleza, un universo en sí mismo que, por la perfección de su diseño, da la impresión de existir aparte, aislado, como si todo lo demás fuera un accidente insignificante de su entorno.

Esta idea se ve reforzada cuando por medio de alguna técnica ―científica, fotográfica, fílmica, etc.― podemos atestiguar por un momento esta realidad, asomarnos a sus procedimientos y sus estructuras para comprobar cuánta sorpresa cabe en la miniatura.

Una mosca

Un sírfido

Ondrej Pakan, fotógrafo eslovaco, realizó un interesante ejercicio casi lindante con la revelación de lo desconocido, al retratar varios insectos con un acercamiento sumamente magnificado, tanto que es posible apreciar detalles que de otra manera nos quedarían ocultos.

Clores, formas, texturas, todo queda al descubierto gracias a la paciente laboriosidad de Pakan, quien además buscó un rasgo común para todas sus tomas: que los fotografiados estuvieran recubiertos de agua de lluvia. Ínfimas gotas que en los insectos hacen las veces de manto, armadura, ornamentos inimitables que solo la naturaleza es capaz de forjar.

Una hormiga

Los ojos de un escarabajo

Un zigóptero ("caballitos del diablo")

[treehuger]