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Un documental del intelectual británico Christopher Hitchens expone el lado oculto de la Madre Teresa de Calcuta, también un ser político usado por la elite para mantener el orden mundial que genera la pobreza y la enfermedad que ella atenuaba

En un agresivo documental, el famoso antiteista británico, Christopher Hitchens argumenta que la Madre Teresa de Calcuta tiene un lado que no se ventila en público y que es parte de una manipulación política. Es de notar que Hitchens es ciertamente brillante, implacable, pero que tiene un claro sesgo personal contra la religión y los daños que esta ha ocasionado a lo largo de la historia. Más allá de la bondad, la sumisión y el altruismo de la Madre Teresa, este documental explora otra parte de este personaje icónico, que también es parte de una creación mediática.

Mientras la Madre Teresa de Calcuta recibía una condecoración por parte del presidente Reagan, en ese momento Estados Unidos mataba a 4 monjas y al Arzobispo Católico de San Salvador. Se podría ver que el silencio de la Madre Teresa sobre este tipo de temas políticos es una forma de aceptar el regimen y su atrocidades, en este sentido, al menos, no es completamente congruente. Como es el caso de su aprobación de la dictadura militar de Haiti o su polémica aprobación de la política de su país, Albania. También su relación con el millonario fundamentalista Charles Keating que donó generosamente a la causa de Teresa de Calcuta e inclusó dio usó a la monja de su avión privado, Keating fue condenado por fraude.

Controversialmente se puede decir que la Madre Teresa acepta la agenda que mantiene a los pobres en el estado de desigualdad sin poder superarse -al menos en esta vida-; lo mejor que se puede hacer por ellos es cuidarlos y sacarlos de la calle pero no darles medios para que trasciendan su estado marginal.

Tal vez se podría argumentar que la Madre Teresa no era un ser político y su bondad no tenía límites, abrazando incluso a la elite  asesina que mantiene a miles de millones de personas en el mundo. A todos perdona.  Pero sin embargo su figura, aceptando innumerables condecoraciones y siendo utilizada como un símbolo propagandístico por diferentes gobiernos y el mismo Vaticano, es indisociable de la dinámica geopolítica en la cual se movió toda su vida.