El premio Nobel de medicina brasileño Draúzio Varella resalta una paradoja en torno al hecho de que el mundo invierte cinco veces más en silicona para la mujeres y en medicamentos de virilidad para los hombres que en la cura del Alzheimer: "De aquí a algunos años tendremos viejas de tetas grandes y viejos con pene duro, pero ninguno de ellos se acordará para qué sirven".
Varella nos hace imaginar un futuro de autómatas sexuales paradigmáticamente atractivos, capaces de un buen performance en el lecho, cumpliendo con los imperativos del mainstream, pero completamente desprovistos de toda conciencia y al final de cuentas de todo placer duradero, viviendo en el vértigo perceptivo de David Hume, una sensación tras otra, sin poder procesar y significar: el sexo sin el espíritu del sexo.
[El Mundo]