'Me acuerdo de la primera vez que fumé 5 MeO DMT (la molécula de dios)'
AlterCultura
Por: Terence Mcoña - 07/23/2010
Por: Terence Mcoña - 07/23/2010
To see a World in a Grain of Sand/And a Heaven in a Wild Flower,/ Hold Infinity in the palm of your hand/And Eternity in an hour.- William Blake
Quién habría de decir que en el veneno de un sapo está toda la luz del universo. Un verano, hace ya unos años, tuve la oportunidad de fumar “sapito,” en lo que fue sin duda una de las experiencias más memorables y transformativas de mi vida. Después de asimilar esta experiencia, en la que aceleré en menos de 15 segundos hacia lo que me pareció era el centro ubicuo del universo y en ese punto de luz, el gran estallido del fractal cósmico: la historia universal en 5 minutos, mi vida y todas las redes galácticas que se entrelazan con las redes sinápticas, decidí que en ese veneno “que secreta luz”, estaba el Aleph. Ese punto donde se alma-gama todo el espacio cósmico sin superponerse. En una pantalla de sapo lo pude ver; aunque en todos los puntos esté el universo entero, el Big-Bang latente.
Para mí fue una sustancia que se encuentra en las glándulas parótidas de un sapo, la que me otorgó la visión de la divinidad buscada por los místicos desde siempre en las formas más diversas. Lo que es más, y es el próposito de este ensayo de viaje, es que esta visión de pertenencia unitaria con el cosmos, esta anticipación de la eternidad –como el trailer de una película que se proyectará en el broche de oro de nuestra existencia- es algo que parece repetirse entre los usuarios de esta sustancia. Como si tuviera un código inscrito que se descarga en el cerebro de sus usuarios, un código divino. En palabras de James Oroc, la “molécula de dios”. Esto no significa literalmente que entremos en contacto con dios, significa que en el cerebro humano, incluso en personas que se manifiestan ateas, como era mi caso, se genera una percepción que, por su inefable belleza, por su éxtasis total, provoca la idea de la divinidad. A falta de otro concepto para relacionarnos con la inconmensurable energía creativa que permea el universo. No es que el sapito nos de la sensación de ver a dios, nos da la sensación de ver a través de dios: o el universo como totalidad consciente de sí mismo. No hay división, somos lo que vemos, somos lo que pensamos, somos el soma.
Primero introduciré un poco esta sustancia y luego relataré mi primera experiencia, en la que ubique el Mapa del Aleph, para terminar analizando sus posibles implicaciones, dentro de una teoría de misticismo cuántico.
Cuando digo “sapito”, me refiero al 5MeO-DMT, la sustancia psicodélica más potente conocida en nuestro planeta, la cual se encuentra en el veneno del sapo de Sonora (Bufo Alvarius), así como en muchas plantas e incluso dentro del cerebro humano. Algunos confunden el 5M con el N, N, DMT, popularizado por Terence Mckenna, para muchos la sustancia más psicodélica del mundo. El 5M (5-metoxi-dimetiltriptamina) es al menos 4 veces más potente que el N, N; para algunos una dosis de 5 mg de 5M es suficiente para tener una experiencia profunda, en la que uno se desprende para participar en el mar de la conciencia cósmica o lo que el físico John Wheeler llama omnijetividad. Aunque con mucho menos cantidad el LSD tiene efectos psicodélicos, es difícil, por más que se ingiera, tener una experiencia como la de la dimetiltriptamina fumada. Evidentemente las comparaciones son odiosas y cada mente es un universo, uno puede ver el cuerpo holográfico de la divinidad en un viaje de popper o de thinner, pero siendo sensatos y remitiéndonos a la experiencia colectiva, en general se acepta que el 5M y el N,N, son los psicodélicos más intensos, variando en la preferencia individual de la alucinaciones visuales del N,N, y las experiencias de tono místico del 5M.
El 5MeO DMT ( que abreviare como 5M) que yo fume en esa ocasión venía de Sonora, justamente de un sapo, orgánico. Actualmente muchas personas piden 5M en Internet a algunas compañias farmacéuticas (todavía es legal aunque ya hay una acta pendiendo en Estados Unidos para hacero ilegal). Dentro de Estados Unidos hay compañías que envían estos sapos, incluso en pareja, prometiendo un nido de amor de conciencia holográfica para siempre, pero evidentemente descontextualizando esta práctica y probablemente lastimando a estos animales mágicos. Otra forma de extraer el 5M es de la resina del árbol virola, una práctica milenaria entre shamanes del Amazonas, ya sea incluyéndolo en su brebaje de ayahuasca o en diferentes “snuffs”, inhalados. Otra sustancia que tiene 5M, es el yopo (Anadenanthera peregrina), que también es usado en snuff. Generalmente el ayahuasca contiene N,N, DMT como prinicipio activo, pero existen preparados que incluyen el 5M (ninguna de estas triptaminas es activa vía oral por lo cual se combina con un inhibidor MAOI, como la liana de la ayahuasca: banisteriopsis caapi). No se tiene documentado el uso del 5M proveniente del sapo en culturas tradicionales, aunque existen esculturas totémicas de sapos en la cultura maya que podrían indicar su uso. Aunque lo más probable es que no sean del sapo bufo alvarius, sino de algún otro sapo que contiene bufotenina como el Bufo Marinus.. La bufotenina (5-HO-DMT) es parte también de la realeza de los psicodélicos: las triptaminas. Una ilustre familia que también incluye a la psilocibina (4-PO-DMT), la sustancia activa de los hongos alucinógenos. Las triptaminas son molecularmenete análogas al neurotransmisor que controla el estado de ánimo, la serotonina.
Existe un rumor de que algunos hongos de la especie de las amanitas contienen 5M y bufotenina, esto parece no estar fundamentado. De serlo sería sumamente interesante ya que para muchos investigadores “el soma” de los vedas, “la bebida de los dioses”, es el hongo amanita muscaria. Alguna amanita con 5M, tomada en combinación con un inhibidor, o fumada, seguramente provocaría la ‘alucinación’ de la divinidad.
Regresemos a ese verano que para mi fue, como la canción de Amorphous Androgynous ,“The Summer of Consciousness”. Yo quería fumar DMT, influido por Terence Mckenna y sus deliciosas descripciones psicodélicas. Mis amigos me decían que el N,N, era más visual (uno siempre quiere alucinar), que te encontrabas con entidades, aliens: “self transforming machine elves... self-dribbling jeweled basketballs”, que en el N,N estaba el Logos, los duendes te enseñaban glossolalia y podías crear con la voz, etc. Pero a mi me tocó el 5M y como diría el poeta Robert Frost, tomar ese camino “ha hecho toda la diferencia”.
Un amigo llegó a mi casa con sapito, una goma café rojiza, a la que llamaba, “una pantalla”. Se "ordeña" al sapo bufo alvarius y se seca su veneno al sol en una superficie sólida. El 15%, más o menos, de ese veneno es 5M. Los bufos alvarius (que se me antoja decir, los sapos del alba) salen con las lluvias y se sienten atraídos por la luz. En un pueblo en Sonora que no revelare su nombre, se juntan alrededor de los faros, y de la misma forma que a veces uno tiene la sensación de que un peyote o un hongo te escoge, a veces uno de los sapos va hacía ti. En lo que es un regalo galáctico, como si te dijera ten parte de mí para que puedas ver lo que está del otro lado del universo. Un telescopio interior, el Hubble en sus glándulas parótidas. Una rara ostia eucósmica. "Ordeñar" al sapo debe de hacerse con cuidado, al mes más o menos vuelven a producir este veneno. Como la ayahuasca o el peyote, el sapito, también tiene su religión, “The Church of the Toad of Light”, fue fundada en 1983 por Albert Most. Aunque entiendo porque se puede divinizar al sapo, ciertamente no es mi intención hacer proselitismo, menos religiones y más experiencias místicas, es mi forma de verlo. Aunque claro, no hay duda, el sapito es buda.
Primero nos relajamos un poco, recuerdo oímos algo de Casino vs Japan, tomamos agua. Busque un foco, el cual abrimos para colocar el 5M y con un papel holograma hice una especie de popote para inhalar el humo. Generalmente el 5M se vaporiza, aunque hay personas que lo fuman en pipas de cristal, a veces con camas de marihuana o tabaco, ya que es muy fuerte para los pulmones. Pero esto es más algo que se hace con el N,N, siendo que el 5M es más potente, generalmente se busca maximizarlo, sin desperdiciar ningún miligramo. Otros usan cucharas.
Respire hondo y después de que mi amigo había calentado el fondo del foco con un encendedor inhale el humo del 5M. Inhale profundo. Dos veces. Tres veces. (Generalmente se necesitan 2 inhalaciones para “irse”, es importante tener un “sitter”, alguien que te cuide ya que puede haber casos en los que se deja de respirar o incluso al perder noción del cuerpo, algunas personas se pueden lastimar seriamente aventándose contra cualquier cosa ( Robert A. Masters, en su libro Darkness Shining Wild habla sobre una profunda crisis emocional de meses provocada por ingerir una fuerte dosis de 5M).
La dosis que ingerí fue muy fuerte, como luego me hizo saber mi amigo, superior a los 15 mg. En lo que sientes el sabor plasticoso del 5M, empieza a entrar por todo tu cuerpo. Aguantando hasta el máximo el humo, al exhalar, en ese velo-incienso-maia- por el cuarto ya se difundían colores y fractales dibujándose en el humo. Desde la primera inhalación sentía una serie de transmisiones de “multimedia galáctica”, proyecciones holográficas en relámpagos ralentizados al principio con tonos clásicos psicodélicos: verdes, púrpuras, grises. Las semillas de mandalas en el humo.
Después de la tercera exhalación estas visiones ya se apoderaban de la habitación. Una capa de fósfenos iridiscente que se tornaba oniridiscente, al tiempo que empezaba a perder contacto con mi cuerpo. Sin saber si tenía los ojos abiertos o cerrados.Tienen que haber sido 15 segundos de gradual aceleración, iba subiendo y subiendo, como en una montaña rusa que no termina; y en ese momento en el que habría de empezar la caída libre, exploté como un átomo en fusión nuclear, y no solo caía, también subía, omnidireccionalmente, a la vez que atravesaba imágenes de superna belleza, iba desnudando el traje de fractales del espacio hasta que llegue a la luz blanca, el huevo de diamante.
Una dimensión de luz pura, nitida, de violeta a blanco, que no sólo se ve, se siente, te anega, explota y tu eres lo que explota: la expansión del universo, la holoconciencia en cada partícula, diamantina esparcida en las nubes como árboles de colores, yema de soles.
Este mismo proceso auralmente iba acompañado de un sonido que también va subiendo, algunos los describen como un celofán que se rompe, a mi me pareció esa vez como una matraca girando, como una cascabel demencial por toda la columna (yo seguía este sonido con un “wow” gutural, genital). Hasta llegar al cerebro y explotar. Este momento en realidad es una implosión, es el momento en el que pierdes noción de tu cuerpo y te disparas al cosmos, a.d.n.tro. A la vez que atraviesas la placenta de visiones –como la inyección en un vórtice de espacio estelar comprimido formando fractales- . La analogía evidente es al kundalini subiendo por los chakras, y estallando al abrir el tercer ojo en la glándula pineal, el lugar, según el Dr. Rick Strassman, equipado para producir 5M y NN DMT. Aunque algunos yogis a los que les he platicado esto, descalifican al 5M como técnica para subir el kundalini –la serpiente representada a un lado del tercer ojo de Osiris-; yo no tengo duda que, si bien forzado, el 5M abre el tercer ojo en la glándula pineal (la glándula que secreta espíritus, según Rene Descartes).
El tercer ojo, es también llamado el ojo de dios, el ojo omnividente. Justamente mi amigo describiendo un viaje de 5M, me había dicho “es como ver a través de los ojos de dios”, nada más sincero, aunque suene pretencioso. Eso es lo que se siente.
Evidentemente las limitaciones del lenguaje no permiten describir algo que parece suceder al mismo tiempo en todo el espacio. No lo intentare, así que ire solamente asociando. Una de las primeras nociones que tuve es que la distancia y la dirección ya no existían (mi impresión era estar navegando en flor de loto hacia todas partes a la vez); la sensación de estar girando como una rueda atómica en la profundidad del espacio, penetrando en el mar de Mandelbrot…. El espacio sideral es el espacio molecular: las nebulosas, las fábricas de estrellas son moléculas, electrones, medusas holográficas, con incrustaciones de joyas en las plumas de un ave fenix multidimensional, zafiros de sephiroths, un tejido de cielo-vulva, de galaxias de plasma como parte de la piel…
El principio hermético más recurrente de la historia es "como es abajo, es arriba”, adjudicado al mismo Hermes, probablemente una escuela esotérica más que una persona, inspirada en los conocimientos del mítico Thoth, el hombre dios que mostró las artes ocultas. Con el 5M se experimenta el hermetismo del espejo esmeralda en una síntesis del universo. Son probablemente 2-3 minutos los que dura esa primera cresta del viaje de metoxidimetiltriptamina. La sensación que me dio es que eso que presencie era la creación y expansión del universo hasta su destrucción: como si fuera un mismo pulso. Tanto el águila como el sol: la ex-im-plosión. Por momentos antes de entregarme a la cascada omnidireccional de belleza holotrópica, un inmenso pavor, luego un éxtasis completo, que integraba una sensación erótica, no hacia alguien sino de ser. Algo que en ese momento no logre entender bien es que esta sensación también iba acompañada de la muerte, de la conciencia de la muerte, la muerte, en el agujero blanco, es también orgasmo.
Después de esta especie de vuelta al universo en 80 segundos; uno empieza a integrar la experiencia desde su propia personalidad -aún bajo los efectos-; en mi caso en esta primera vez había una proyección automática de todos mis deseos, todos mis sueños, realizados en un instante, la sensación de que ya todo había sucedido, recuerdo el entendimiento de “ya escribí el libro que quería escribir, ya hice el amor con la mujer divina con la que quería hacer el amor, ya fui a todos los lugares y todas las playas, olas de agua luminosa turquesa con peces de diamante, pero todo eso es este instante, estoy viviendo el holograma de Bohm, yo soy David Bohm, yo soidios, acabo de crear y destruir el universo en el mismo parpadeo,- se escucha el bramido del Brahma, el Om en el loto- el principio es el final es el principio”.
“Somos dios, somos dios”, le decía con furor a mi amigo que nada más me contemplaba y grababa. En ese instante yo pensaba que toda la humanidad ya estaba iluminada en un efecto domino. La obra terminada. Opus Magnum Ouroborus.
Bajar del primer viaje de 5M para mi fue shockeante, como la caída original, como perder los poderes de percepción divina, la separación... lo describiría como la eternidad fugaz: uno quiere aprehender lo que de suyo es inaprehensible. Un ala de la mariposa galáctica cayendo en un agujero negro. Es por esto que uno siente a veces que el 5M es un hack, un truco, para ver lo que no debemos ver, el fuego holográfico de Prometeo. La eternidad se va y te queda regresar a la "realidad". A preguntarte ¿entonces no soy dios? Y ¿lo que ví existe, más allá de mi imaginación?
Una sensación común a los que experimentan estos viajes es que no son ellos los que inventan estas imágenes, ya que no parten de ningún recuerdo consciente o debido a que su compleja belleza y armonía geométrica superan sus capacidades de imaginación (y ni siqueira sus más vívidos sueños se han acercado a algo así). Aquí yace el punto de inflexión entre si los “palacios de la triptamina” tienen una existencia independiente de nuestra mente o son solamente las proyecciones de una profunda detonación química. Aunque sería totalmente fascinante que estos mundos, este hiperespacio exista por sí mismo, el hecho de que sea una proyección de nuestra mente no es menos fascinante, puesto que en la armonía de formas, en la narrativa, en la transparente fractalización de la realidad, se revela que el diseño del universo –el blueprint, los fractales, las mismas estrellas- está en nuestro cerebro, en palabras de Shakespeare,: “we are such stuff as dreams are made on”. Ese éter onírico “del que estamos hechos" podría ser justamente la dimetiltriptamina (según algunas teorías, la función del DMT, como neurotransmisor, podría ser producir las imágenes de nuestros sueños: el DMT como el diseñador gráfico de los sueños).
También nos muestra la posibilidad de que se pueda acceder al vacío cuántico (al quantum weirdness) y a la totalidad implicada de la teoría holográfica a través de nuestro cerebro, que éstos sean fenómenos neurológicos. James Oroc, en su libro “Tryptamine Palace”, plantea la posibilidad de que durante el viaje de 5M de alguna forma entremos en contacto con la energía del punto cero, es decir, una energía potencial infinita que subyace a todas las cosas. Otra posibilidad es que el campo de resonancia mórfica de la dimetiltriptamina tenga encriptado toda la información del universo. Según el biólogo Rupert Sheldrake, cada especie tiene un campo morfogenético compartido, del cual podrían emerger los arquetipos comunes a la humanidad. Esto explicaría porque algunas plantas como la ayahuasca o el peyote producen visiones similares en las personas que las toman, tienen algo como una mitología propia. Como una memoria incorpórea colectiva. Si la teoría de Sheldrake es verdad, la información no se pierde jamás y es una fuerza como la gravedad, que existe en todo el universo. La variación sería solamente de sintonización e intensidad. En todas las cosas, como propone Ervin Lazlo en su teoría de los Campos Akáshicos, está la totalidad de la información del universo. El 5M, haciendo una aleación química, nos podría estar haciendo sintonizar campos morfogenéticos de información de mayor amplitud, una resonancia cósmica. El campo informativo de la especie como ser universal.
Jeromy Narby piensa que durante las experiencias con enteógenos nos comunicamos con nuestro propio ADN, el cual, como se sabe científicamente, emite biofotones de gen a gen ("the laser love of biophotons", dice Drew Hempel) Narby cree que las descripciones de los chamanes del Amazonas de serpientes, en realidad son descripciones del ADN ("la serpiente cósmica") y que la forma en la que obtienen información para curar es a través de la comunicación con su propia genética o con el código genético de las plantas.
Otra posibilidad es que el N, N, DMT y el 5M DMT sean las sustancias que nos muestran que vivimos literalmente dentro de un mundo de realidad virtual, un programa informático, algo como la Matrix. Si buscas en Internet “Wachovsky Brothers DMT” te aparecen decenas de reportes de trippers que aseguran que los directores de “The Matrix” tuvieron que fumar DMT (e incluso se habla de una entrevista mítica donde confiesan haberse inspirado en el DMT). Evidentemente existen varios antecedentes filosóficos para esta película (desde la cueva de Platón, Baudrillard, K.Dick, el maia, Ghost in the Shell, Neuromancer, etc.,), aunque ciertamente hay momentos donde visualmente el diseño del telar remite a un viaje de N,N, más que de 5M. Claro que los usuarios del DMT actualmente podrían estar programados para ver estas imágenes por haber visto antes Matrix.
Es posible que llegues a esa matriz del diseño cósmico, a la fábrica de fractales, al cuarto de proyección holográfica, y aunque penetras hasta el fondo del agujero del conejo y parece que por primera vez percibes la realidad del universo, esto también es una ilusión, es justamente el código con el que se programa la realidad virtual que vivimos –la cueva uterina de Maia, lo Q-bits de la película- y no, no vislumbras el otro lado del velo, la divinidad pura, la luz blanca infinita; todo esto también es una representación de algo inaccesible. No podemos salir de esta red estructurarlista, de la mente del demiurgo, o el Arcon, lo más a los que aspiramos es a ver el engranaje de la máquina funcionando, la locomoción de la gran holusión (algunas personas incluso dicen que el DMT es un programa de control mental extraterrestre).
La otra posibilidad es que en el viaje de 5M, al trascender el ego y la división entre nuestro ser y el mundo -durante mi viaje no veía imágenes: yo era las imágenes-nos convertimos en el universo entero (como quien se da un clavado al punto cero, al mar de la totalidad implicada); le energía de está percepción violenta nuestra antena humana, es tanta que nos rebasa, apenas podemos extraer una sensación fugaz de la divinidad que somos. “Somos dios”, me decía gritando cuando regresaba del primer viaje de 5M, sin ser una persona religiosa, abandonando la formación católica de mi infancia antes incluso de la adolescencia. Por un momento la impresión que tenía es que ya todos nos habíamos iluminado, que el universo ya había acabado –un mismo instante era su creación y su destrucción- y que llegaba el tiempo de disfrutar de la conciencia cósmica cristalizada, de volver a entrar en la conciencia de crear nuevos universos cada quien cada instante, que este mundo es la escuela de dioses. Y en cada cuerpo-plataforma estaban despegando los cohetes hacia las estrellas naciendo dentro de agujeros negros (OM-PHALOS).
Por siempre en el centro de mi existencia me preguntare si en ese máximo instante de explosión del 5MeO-DMT en realidad me convertí en dios –en todo- y lo que vi-fui fue la creación del universo, la granada de la eternidad, por que si es verdad que así fue entonces ya no hay nada por que preocuparnos, todos ya somos todo, no podemos dejar de serlo y todos nuestros sueños ya se han cumplido infinitamente… Sólo queda disftutar la maravilla de nuestra creación.
Me quedo con la impresión de haber encontrado en una molécula roja, en la piel de un sapo, el Aleph. Al igual que Borges encontró su Aleph en un sótano de Buenos Aires, que le pertenecía a Carlos Argentino, una esfera tornasol de dos centímetros e intolerable fulgor donde vio, como Dante, el rostro de Beatriz Viterbo iterado en todos los objetos del universo.
Todos tenemos un Aleph, y es el espejo en el que por un momento podemos ver todo el universo en nuestro reflejo. El espejo de nuestra totalidad de ser.
Algunos días después de tomar 5MeO DMT iba en mi bici y empece a pedalear más rápido y una sonaja empezó a vibrar en mi vientre y a subir como una música, una serpiente ultrasónica, y empecé a hablar palabras extrañas, mantras de mi código y me di cuenta que podía crear o curar con el sonido...
Borges se plantea el problema de la sucesión del lenguaje para describir la simultaneidad de una experiencia de conciencia cósmica; esto sucede comúnmente en la experiencia psicodélica: hay una fuerza motriz, que podríamos llamar holomovimiento, la cual dinamiza las imágenes en una sucesión fractal transpersonal, las cosas son más de una cosa. Hay un flujo de transformación en cada parte de un objeto-imagen, si uno mira su tejido, su traje, verá que dentro de cada hilo, de cada comisura hay un nuevo objeto-imagen, resplandeciente, líquido, metamórfico. Por una parte esto nos encara con el Maia, no sólo la ilusión del universo como su falsedad, sino como la seducción de que todas las cosas en realidad no son más que una sola cosa sin forma. La belleza del universo, los fractales, los mandalas, incluso la luz de las estrellas o de la mirada holográfica de una mujer donde vemos el centro de la galaxia son solo algunas de las representaciones que toma el ser que aletea en el vacío cuántico para simbolizar la unidad, para seducir hacia la unidad: para llamarse a sí mismo.
...Me habría gustado poder resumir más este post, pero no puedo más que dejarme llevar por un flujo de información interminable. En los próximos posts seguire hablando de lo mismo. Particularmente intentando descifrar si lo que vemos durante una experiencia psicodélica es sólo una proyección de nuestro ego o es una conexión con un campo de información independiente de nuestro cerebro. Básicamente, es la misma pregunta que se han hecho desde hace miles de años los seres humanos, por la posibilidad de que a través de los sueños podamos acceder a otros mundos.
Para quien busque más información, la red de Indra está con D.M.T. Turner, Johnatan Ott, Alexander Shulgin, Rick Strassman, James Oroc, Martin Ball...
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