A lo largo de la historia hemos visto múltiples capítulos en los que el hombre desafía a las fuerzas de la naturaleza. En esta ocasión, en un duelo mucho más honorable que el concebido por el sometimiento industrial de los recursos naturales, temerarios practicantes de snowboard se deslizan, coqueteando intrépidamente con la explosiva blancura, unos pocos metros delante de avalanchas de nieve.
Esta práctica, básicamente, consiste en ser depositado en la cima de una montaña desde un helicóptero. Una vez ahí se comienzan a deslizar provocando, literalmente, que una masa de nieve, desatada por el paso de la tabla, se genere justo a sus espaldas. A partir de ahí comienza el intrépido trance...