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Amazon ha retirado los libros eléctrónicos de George Orwell de su lector Kindle; ¿cuál es es el futuro de los libros impresos y el control de los nuevos medios?

__george-orwell_amazon1Hace ya mucho tiempo (en términos digitales) escribí por ahí un pequeño artículo en el que criticaba a Bill Gates sobre ciertas declaraciones que hizo relativas al futuro de los libros. Decía el fundador de Microsoft que la industria editorial estaba destinada a desaparecer en aras de los medios digitales; la literatura iba a mudar el vehículo en el que ya llevaba viajando por varios miles de años, el libro, para transformarse en pulsos magnéticos dentro de un servidor.

Como lector asiduo y casi obsesivo manifesté en mi enojo; hice una lista de por que consideraba al libro superior sobre cualquier aparato electrónico. Desde el simple placer de abrir y oler las hojas de papel hasta la posibilidad de utilizarlo en la fila del banco o durante el despegue de un avión sin que nadie nos pida que lo apaguemos; a un libro no se le acaba la pila, siempre será compatible con mis ojos y siempre podré prestarlo o regalarlo sin que se me acuse de piratería.

Pasó el tiempo y a pesar de mi necedad comencé a probar versiones de libros electrónicos en varios dispositivos. He de decir que la aplicación Stanza del iPhone funciona de una manera sutil y maravillosa. Siendo un asiduo a los dispositivos electrónicos y "gadgets" me sentía un poco hipócrita al montarme sobre ese figurado burro de mantenerme libre de e-books y con el tiempo no solo me comenzaron a gustar si no que también comencé a darles un uso intensivo. No hay nada como saber que cuento, en un pequeño aparato, con seis o siete novelas que pudo leer donde sea.

Me encontraba en esa fase en que estaba aprovechándolo mejor de dos mundos cuando ocurrió un caso que parece sumamente simbólico y que los más escandalosos ya están manejando como el "fin de la civilización tal y como la conocemos".

Uno de los productos "bandera" de Amazon es el Kindle, un dispositivo diseñado para leer libros electrónicos con el que se puede disfrutar de casi todas las características de un libro de a de veras. Con éste es posible acceder al cuasi infinito acervo de la tienda a precios muy accesibles. Parecía el fin de las discusiones; con Kindle quedaba atrás toda controversia sobre los libros.

Sin embargo ocurrió en estos días que por alguna razón Amazon tuvo un conflicto con los poseedores de los derechos de cierto escritor los cuales obligaron a la tienda a "retirar" el libro electrónico de los anaqueles virtuales. De manera irónica el escritor en medio de la controversia era George Orwell, autor de "1984" y "Rebelión en la Granja".

La solución de Amazon para mitigar el pleito fue la de retirar también de manera remota todas las copias de los libros de Orwell ya vendidos y restituir el pago a los compradores; esto se realizó sin preguntarle a ningún usuario quienes de un día para el otro vieron como desaparecía de su catálogo personal las obras del autor inglés.

Aunque Amazon en su contrato estipula que puede retirar lo que se le venga en gana de los dispositivos vendidos, esta acción abre la puerta a la controversia y reanima la lucha interna que tenía en contra de los libros digitales.

La comparación más burda, pero más real, es la de imaginarse al dueño de la librería metiéndose de noche a nuestra biblioteca para "robarse" el libro que nos vendió por error. Aunque dejé el dinero que gastamos en el buró, sigue siendo un acto de intromisión que suena repulsivo.

Cual vil "Gran Hermano" Amazon cuenta con la posibilidad de saber que estamos leyendo y decidir, de manera unilateral, que un libro no puede ser distribuido y borrarlo de manera remota del disco duro del Kindle; una quema virtual como las que ocurrían en otra distopia, "Farenheit 351" de Ray Bradbury.

Creo que si lo hubieran hecho a propósito la propaganda negativa no les hubiera salido tan bien. El retiro de las novelas de Orwell está representando un paso atrás para los usuarios de libros electrónicos (actuales y potenciales). Tal vez esto no ocurra en los países del primer mundo pero, pensando de manera más "cercana", ¿qué tal si el día de mañana no le gusta un libro a un lidercillo o a un dirigente político de alguna república bananera? (Que conste que no estamos señalando a nadie).

De manera personal me ha llegado una nueva visión del asunto y es la de que los libros normales de papel y tinta, cual si de armas para la NRA se tratara, solo me los podrán quitar de mis manos por la fuerza.

Armando Reygadas / Colaborador PS

Blog del autor: Reseñando

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