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¿En qué consiste la denominada "telepatía cuántica" o el término "acción fantasmal a distancia" de Albert Einstein? ¿De qué manera esta aplicación de la física de partículas podría modificar para siempre las dinámicas de los mercados y el comercio super veloz?

Entender el universo a través de la mecánica cuántica es inseparable de concebir nuevas aplicaciones para este entendimiento. Salidas prácticas hace no mucho impensables hacen parte de esta interesante aventura del conocimiento, y puede que no estemos muy lejos de encontrar aplicaciones para impulsar drásticamente el “comercio de alta frecuencia” en las bolsas de valores de todo el mundo, de Shanghái a Nueva York.

Obtener ventajas en el vertiginoso y competitivo mundo de la economía financiera es imprescindible para las grandes entidades trasnacionales, pero también puede convertirse en un medio para desafiar al sistema y rehacer las reglas monopolizadas y establecidas. Esto puede convertirse en una realidad utilizando el principio del “entrelazamiento cuántico” como un recurso técnico para eliminar retrasos en las decisiones comerciales y coordinar de manera prácticamente instantánea operaciones en las bolsas de valores en los cinco continentes.

A esta variante del entrelazamiento se le denomina “telepatía cuántica”, que es más bien una manera de implementar este principio aún enigmático para los físicos. La teoría parte de la interacción entre partículas, o como, sin importar la distancia entre ellas, pueden afectar recíprocamente su estado, como ondas, o como partículas. La palabra “telepatía” molesta a algunos especialistas, pero existe el término de Albert Einstein “acción fantasmal a distancia”.

Se trata de un fenómeno contraintuitivo objeto de amplio estudio por casi un siglo, aunque apenas se están agotando sus consideraciones prácticas, incluso en el dinámico y competitivo dominio salvaje de la economía y el comercio bursátil de alta frecuencia.

El uso de esta forma de telepatía o de interconexión a toda velocidad para el comercio puede resultar prometedor, pero, sin duda, implica una serie de retos de viabilidad, incluida una mayor validación teórica y experimental. Sin embargo, para especialistas como Ning Bao, físico de la Universidad Northeastern, no estamos demasiado lejos de esta realidad tecnológica. De hecho, se trata de un enfoque factible incluso con las limitaciones de la actual instancia de la telepatía cuántica conocida como “escala intermedia ruidosa” o “NISQ”.

Los gigantes financieros como JPMorgan Chase, CITI y HSBC ya hacen inversiones en esta tecnología para adelantarse a su competencia. Sin embargo, se trata de un escenario que bien podría desestabilizar los mercados y agredir a los monopolios, ya que modifica la manera en que los operadores financieros pueden conseguir ventajas de velocidad, algo que podría cambiar para siempre las reglas de juego y participación. Esto podría derivar en nuevas normas de regulación sobre transacciones habilitadas por la tecnología cuántica.

Al día de hoy, bolsas separadas por casi sesenta kilómetros dependen de servidores que proporcionan información para la evaluación de decisiones comerciales. Para coordinar estas decisiones, los servidores deben estar en contacto, y este sigue siendo un proceso limitado por la insuperable velocidad de la luz. La velocidad máxima para recibir información al día de hoy es de 188 microsegundos, un retraso, sin duda, crítico en el mundo de alto riesgo de la negociación a alta frecuencia. La telepatía cuántica está pensada para solventar este retraso, bajo el principio de coordinar servidores a través de partículas entrelazadas.

Esta arriesgada tecnología puede colocar un par de partículas cuánticas entrelazadas cada una en un servidor. La interacción con una partícula, por ejemplo, un fotón, debería afectar instantáneamente a la otra, y viceversa, fuera de los límites de la velocidad luz de Einstein. Un fenómeno físico instrumentalizado para la ejecución de órdenes de compra venta en perfecta sincronía en bolsas financieras mejor comunicadas que nunca.

Si bien, los modelos matemáticos para esta implementación parten todavía de escenarios muy simplificados, de acuerdo con el especialista de la Universidad de Berkeley, Zhiyan Ding, es matemáticamente clara la potencial ventaja cuántica. El reto a seguir es aprender de datos comerciales complejos del mundo real para refinar los algoritmos necesarios para la optimatización de la telepatía cuántica aplicada al comercio de alta frecuencia.

La tecnología necesaria de la que ya se dispone invita a nuevas pruebas más rigurosas, al desarrollo de algoritmos y al replanteamiento de marcos regulatorios. Una rara aventura que puede beneficiar al 0.01 por ciento de la población, o cambiar por completo el rostro de los mercados a cada lado de los océanos y de las encendidas esperanzas humanas.

 

Imagen de portada: ordenadores cuánticos, Passionate In Marketing.