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Canibalismo, atraso cultural: ¿qué respuestas tiene ChatGPT sobre la verdadera historia de los pueblos de América?

Arte

Por: Juan Pablo Carrillo Hernández - 03/24/2023

¿Quién posee una versión más confiable sobre la historia de las civilizaciones originarias de América? ¿Una inteligencia artificial o la opinión prevaleciente en miles de personas educadas bajo una interpretación sesgada de los hechos?

Desde el sentido común, la Historia suele pensarse bajo la idea de lo “ya ocurrido” y, por lo mismo, con mucha frecuencia se le asocia a nociones como lo fijo, lo inamovible o lo que no se puede cambiar. El pasado ya pasó, se dice con cierta candidez, y bajo esa premisa lo histórico se toma como una serie de hechos o sucesos que de nada sirve analizar, revisar o cuestionar.

Con todo, como ocurre con muchos otros elementos de lo humano, aun con referirse al pasado, la Historia no es del todo inamovible y mucho menos incuestionable. Los hechos históricos pertenecen al pasado y por ello al campo de lo “ya ocurrido”; no así, sin embargo, el relato (o los relatos) que sobre ellos se hizo, o, dicho de otra manera: las interpretaciones con que esos hechos pasaron a la historia. Después de todo, este es un gran relato, una narración que el ser humano ha formado, colectivamente, en el afán de dar sentido al hilo de nuestra existencia como especie y como individuos. Y, cabe mencionar, ese relato que llamamos Historia no se ha creado nunca espontáneamente, ni tampoco en condiciones “puras” ni mucho menos libres. 

Entre los factores que inciden en la generación de la Historia se encuentra el poder, un fenómeno que, entre otros, Friedrich Nietzsche y Michel Foucault demostraron con suficiencia. Para decirlo sencillamente: en buena medida, si ya el poder dicta el curso que sigue la Historia, dicta también la manera en que los acontecimientos históricos se cuentan. No sólo en un sentido textual o narrativo, sino también en un sentido fáctico. Cuando, por ejemplo, en el marco de una invasión o una conquista violenta de un pueblo a otro, el agresor hace todo lo posible por borrar la cultura del pueblo agredido –sus creencias, sus libros, sus monumentos, sus tradiciones, etc.–, el poder ya está interviniendo el relato histórico que surgirá de ese suceso. 

Por ese y otros motivos –es decir, porque la Historia es un relato maleable, nunca neutral sino, al contrario, influido por las relaciones de poder que se sostienen en una sociedad y una época determinadas– es necesario y acaso hasta imperante mantener una mirada crítica permanente sobre aquel que podríamos llamar el relato “dominante” de la Historia: la versión de la Historia que surgió precisamente de una clase social dominante y que es sostenida por esta a lo largo del tiempo. 

Así, frente a la versión más conocida de cierto acontecimiento histórico es recomendable mantener cierto sano escepticismo y preguntarse cada tanto si los hechos de verdad ocurrieron así, qué condujo a ello (esto es, mirar el suceso con una visión más panorámica y menos estrecha), quién formó ese relato, cómo llegó hasta nuestros días y otras preguntas que, sin caer en un delirio, conduzcan a una versión, si no más objetiva de la Historia (porque quizá eso no sea posible), sí al menos más alejada del poder y sus fines.

En esta ocasión combinamos estas premisas con una herramienta que en los últimos meses ha causado una profunda fascinación, ChatGPT, el bot conversacional que irrumpió con la seductora cualidad de poder responder a todas las preguntas que se le formulen con un grado aceptable de sofisticación y competencia, acaso mejor aún de como lo harían miles o millones de personas. 

Hasta donde se sabe, para llegar a sus respuestas, ChatGPT se sirve de la cuantiosa información acumulada en Internet a lo largo de sus ya más de tres décadas de existencia. Artículos en sitios web de divulgación, libros digitalizados, los sitios de los periódicos de mejor reputación y quizá incluso repositorios académicos y otras fuentes afines son algunos de los puntos de donde ChatGPT toma la información instantáneamente para elaborar una respuesta que, al menos en apariencia, se presenta bien sustentada, fiable y por ello mismo con un peculiar halo de autoridad. Como mencionamos en otro artículo, por esta y otras características relacionadas con el uso que se le está dando, por momentos ChatGPT da la impresión de estarse erigiendo en el nuevo y siguiente oráculo al cual acudirá la humanidad en busca de guía y soluciones para sus problemas.

Asimismo, tomando en cuenta que, de acuerdo con un análisis académico reciente, las respuestas de ChatGPT no están exentas de un sesgo ideológico (en su caso inclinado al progresismo liberal tan característico de nuestra época), es posible afirmar que si las respuestas de ChatGPT parecen tener veracidad y por ello mismo “autoridad”, es sencillamente porque las fuentes de las que abreva el bot son las más autorizadas de nuestra época, o dicho de otro modo, aquellas que cuentan con la aprobación de la opinión dominante de nuestro tiempo. 

Entre un artículo sobre el mismo tema publicado en el sitio web del New York Times y otro publicado en un sitio web menor, ChatGPT preferirá sin duda el del New York Times, aun cuando el segundo articulo, en este ejemplo hipotético, pudiera estar mejor fundamentado, tuviera mejor calidad argumentativa, etcétera.

Con esto en mente, no parece descabellado usar ChatGPT como algún tipo de instrumento óptico que dé cuenta, en alguna medida, de la opinión dominante que circula en nuestra época sobre determinado tema. Esto, como decíamos antes, con una perspectiva crítica y aun escéptica frente a las respuestas ofrecidas.

A manera de ejercicio, usamos la herramienta para sondear esa opinión generalizada o dominante al respecto de tres temas particularmente polémicos de la historia de América previa a los procesos de invasión, conquista y colonización que ocurrieron a partir del siglo XV, sobre todo por fuerzas militares y religiosas enviadas por los imperios español y portugués de aquella época (además de otros gobiernos monárquicos europeos).

Como es sabido, ese periodo en la historia del continente está colmado de guerras, matanzas, destrucciones y otras formas de dominio que tuvieron siempre como fin último subyugar a las civilizaciones originarias. Aun cuando se pudieran aducir otros motivos, la búsqueda de la apropiación de recursos materiales que se pudieran transformar después en riquezas que pudieran acumularse fue una de las motivaciones principales de las monarquías europeas involucradas para cometer todo tipo de vejaciones, llegando incluso al límite de borrar la historia de culturas enteras. La destrucción de los códices de civilizaciones como la maya, la olmeca o la mexica, de los cuales sobreviven a la fecha apenas unos cuantos, es una clara muestra de la magnitud de esa devastación que no fue sólo humana y material sino también cultural y, se podría decir, incluso espiritual

¿Cómo confiar en la versión dominante de la historia que existe sobre ese periodo? Si las fuentes documentales se perdieron o fueron destruidas, si la tradición oral de pueblos enteros se sepultó a base de silencios forzados, si sobre las ruinas de esa otra historia se levantó una versión de los acontecimientos útil al poder y sus fines, si la autoridad que cometió esas atrocidades fue la misma que escribió después esa versión dominante de la historia, ¿cómo puede esta ser confiable o veraz?

A continuación compartimos las respuestas obtenidas mediante ChatGPT en torno a tres temas especialmente polémicos de la historia de América antes de la llegada de los europeos: los sacrificios humanos y el canibalismo, el “atraso” civilizatorio de los pueblos originarios y la idea de que particularmente los aztecas o mexicas recibieron como dioses a los conquistadores españoles encabezados por Hernán Cortés.

 

Sacrificios humanos, canibalismo, atraso cultural: ¿qué respuestas ofrece ChatGPT sobre los temas polémicos de las culturas originarias de América?

PREGUNTA: ¿Es cierto que las culturas llamadas precolombinas o prehispánicas practicaban sacrificios humanos y además comían carne humana?

Es cierto que algunas culturas precolombinas practicaban sacrificios humanos, pero no todas las culturas lo hacían y tampoco todos los sacrificios eran de la misma naturaleza. Además, es importante tener en cuenta que la práctica de los sacrificios humanos no era exclusiva de las culturas precolombinas, ya que se han registrado casos de sacrificios humanos en otras partes del mundo en distintas épocas de la historia.

En cuanto a la idea de que las culturas precolombinas comían carne humana, es un tema muy controvertido y se basa principalmente en testimonios de los conquistadores españoles que llegaron a América en el siglo XVI. Sin embargo, hay que tener en cuenta que estos testimonios podrían estar sesgados por la perspectiva cultural de los conquistadores y que no se puede asumir que sus observaciones sean completamente precisas.

En resumen, es cierto que algunas culturas precolombinas practicaban sacrificios humanos, pero no todas y tampoco todos los sacrificios eran de la misma naturaleza. En cuanto a la idea de que estas culturas comían carne humana, es un tema muy controvertido y no se puede afirmar con certeza.

 

Sacrificios humanos, canibalismo, atraso cultural: ¿qué respuestas ofrece ChatGPT sobre los temas polémicos de las culturas originarias de América?

P: ¿Qué hay de cierto sobre un cierto atraso en que vivían las civilizaciones originarias de América antes de la llegada de los europeos?

R: La idea de que las civilizaciones originarias de América vivían en un estado de atraso antes de la llegada de los europeos es una noción desfasada y que ha sido objeto de críticas por parte de los estudiosos de la historia y la antropología. De hecho, muchas de estas culturas eran muy avanzadas y desarrollaron conocimientos y tecnologías que les permitieron construir grandes ciudades, sistemas de irrigación, complejos sistemas de escritura y matemáticas, y una amplia variedad de arte y literatura.

Además, estas culturas también desarrollaron sistemas políticos y religiosos sofisticados y complejos que les permitieron establecer y mantener sociedades estables y prósperas durante largos periodos de tiempo.

Es cierto que algunas culturas no tenían acceso a ciertas tecnologías o recursos que estaban disponibles en otras partes del mundo, pero esto no significa necesariamente que estuvieran atrasadas o en un estado de inferioridad. Cada cultura se desarrolla de manera diferente y es importante tener en cuenta que los avances tecnológicos no son el único medidor del éxito de una sociedad.

En resumen, la idea de que las culturas originarias de América vivían en un estado de atraso antes de la llegada de los europeos es un concepto desfasado y que no refleja la complejidad y la riqueza de estas culturas.

 

Sacrificios humanos, canibalismo, atraso cultural: ¿qué respuestas ofrece ChatGPT sobre los temas polémicos de las culturas originarias de América?

P: Finalmente, ¿es cierto que particularmente los aztecas o mexicas creyeron que los conquistadores españoles eran dioses? ¿O que Hernán Cortés era la reencarnación de Quetzalcóatl?

R: Es cierto que los aztecas o mexicas recibieron a los conquistadores españoles con cierta deferencia y que algunos de ellos creyeron que podrían ser dioses, aunque esto no fue una creencia generalizada. Según algunos relatos históricos, los mexicas habían recibido profecías sobre el regreso de Quetzalcóatl, un dios mesoamericano que se había ido hacia el este y se esperaba que regresara algún día. La llegada de los españoles, que también venían del este, pudo haber sido interpretada como el cumplimiento de esta profecía.

Sin embargo, es importante tener en cuenta que la idea de que los mexicas creían que los españoles eran dioses no se puede generalizar a todas las culturas prehispánicas de América y tampoco fue una creencia universal entre los propios mexicas. Además, la creencia de que Hernán Cortés era la reencarnación de Quetzalcóatl es una idea que ha sido discutida y debatida por los historiadores y antropólogos, y no hay evidencia concluyente que respalde esta teoría.

En conclusión, es cierto que algunos mexicas creyeron que los conquistadores españoles podrían ser dioses, pero esto no fue una creencia generalizada y no se puede generalizar a todas las culturas prehispánicas de América. La idea de que Hernán Cortés era la reencarnación de Quetzalcóatl es una teoría que ha sido objeto de debate y no hay evidencia concluyente que la respalde.

 

A juzgar por estas respuestas, ChatGPT ofrece una visión si bien no conclusiva ni comprometida con un cierto grado de veracidad sobre los hechos históricos, al menos sí menos sesgada, dando lugar a interpretaciones más objetivas que, sobre todo en los últimos años, han surgido en torno a las cuestiones abordadas que son especialmente polémicas. 

De hecho, las respuestas de ChatGPT son de mayor ecuanimidad que la de cientos y aun miles de personas que creen que las culturas originarias practicaban el canibalismo, o que su supuesto “atraso” técnico o civilizatorio fue el motivo determinante de su conquista.

Los resultados son así un tanto sorpresivos pues, al menos en estos tres temas relacionadas con las llamadas civilizaciones del Anáhuac, la herramienta no repite las interpretaciones que tanto han contribuido a crear una versión distorsionada de la historia originaria.


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