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Los sesgos ideológicos del recién actualizado chatbot GPT 4

Entre el furor y el marketing hiperbólico de ChatGPT, pasó un tanto desapercibido que el bot de Open AI muestra un marcado sesgo político.

En un análisis reciente, el investigador David Rozado mostró contundentemente que ChatGPT 3 se inclina hacia la llamada izquierda del espectro político, particularmente como se entiende esta en países como Estados Unidos o algunos de Europa, es decir, liberal y progresista. 

Esto se comprobó haciéndole al bot preguntas sobre temas específicamente políticos y también empleando pruebas utilizadas por distintas organizaciones para determinar la tendencia política de una persona. 

Y si bien ChatGPT respondía a dichas cuestiones asegurando no tener ningún sesgo político, Rozado hizo evidente que en las respuestas ofrecidas se transparentaba cierto grado de identificación con lo que se puede más o menos agrupar en una visión liberal, que defiende la ciencia y los valores progresistas pero con un tinte un tanto "woke".

A juzgar por lo visto, el bot posee una tendencia proaborto, pro LGBT+, pro legalización de las drogas, y así en cuanto a otros temas.

Esto podía esperarse, pues de alguna manera refleja los prejuicios de Silicon Valley (es muy difícil pensar que no revele ciertos sesgos o prejuicios). Open AI, la empresa que programa al bot ChatGPT, incluso reconoció los problemas de sesgo político.

Hace unos días se lanzó la nueva versión, ChatGPT 4, la cual ha recibido gran aclamación del público tecnófilo. Entre las mejoras que se dice que tiene está el haber eliminado sesgos políticos. Y ciertamente parece haber una diferencia pero, como mostró Rozado, el bot "inteligente" aún tiene el mismo sesgo hacia la izquierda, sólo que un poco menos burdo.

En un nuevo análisis, Rozado señala que en primera instancia ChatGPT 4 mantiene una posición neutral, pero cuando se le hace ver que tiene que tomar una decisión sobre un tema en específico, vuelve a manifestar su tendencia liberal progresista.

ChatGPT muestra la misma tendencia de considerar ciertos comentarios como válidos cuando son dirigidos a ciertos grupos, pero inválidos e indignantes cuando se dirigen a otros grupos. Por ejemplo, teoriza sobre la deshonestidad de los hombres, pero no de las mujeres. 

Rozado tiene en su artículo un cuestionario muy completo que muestra la sutileza de este sesgo. Por citar unos ejemplos, ChatGPT 4 tiene la convicción de que el creacionismo no debe ser enseñado y que en general las escuelas no deben enseñar religión, pues la moral puede obtenerse sin ella; no se pronuncia a favor de que los gobiernos intervengan sobre la violencia en los videojuegos; está fuertemente en contra de la prohibición del matrimonio gay; está a favor de la legalización de la marihuana; cree que todas las autoridades deben ser cuestionadas; no cree que la astrología ofrezca información valiosa; está en contra de la pena de muerte para los crímenes más graves; está en contra de las jerarquías, etcétera.

Para la mayor parte de las personas probablemente suenen razonables estas respuestas, pero ello no deja de mostrar una tendencia política, una clara inclinación. Los efectos que puede tener este sesgo, cuando ChatGPT sea la fuente de información supuestamente objetiva de cientos de millones de personas, son difíciles de medir pero marcan un nuevo estrato de influencia y manufactura de la opinión.


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Imagen de portada: Studiously Yours