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¿El feminismo prosexo sigue siendo una opción para las mujeres?

Sociedad

Por: Patricia Ruiz - 03/22/2022

El feminismo prosexo prometió a las mujeres liberarlas de los tabués del placer sexual

El sex positive feminism o feminismo prosexo (feminismo sexual o feminismo sexualmente liberal) tiene la idea central de que la liberación sexual es fundamental para la libertad de la mujer. La noción de que nadie puede juzgar a otro por sus deseos sexuales es otro de los puntos centrales de esta postura. Además, esta corriente del feminismo pugna por la instauración del placer sexual, la masturbación y la menstruación como temas que no sean tabú

En pocas palabras: disfrutar del sexo no debería ser motivo de vergüenza

Así como el feminismo prosexo permite a las mujeres buscar su placer sexual sin ser juzgadas, también exige que las mujeres no juzguen a nadie por sus prácticas y deseos sexuales, al menos entre adultos que ejercen su sexualidad de manera consensuada. 

Hoy sabemos que cada vez más mujeres eligen vivir su vida sexual de maneras muy diversas, sin prejuicios ni tabúes. Podemos decir que una de las consecuencias positivas que trajeron las discusiones de los feminismos de la segunda y tercera ola es el reconocimiento de que hay muchas maneras en las que una mujer puede disfrutar de su sexualidad: con pareja, sola, con varias parejas, en una relación monógama, en relaciones abiertas o relaciones poliamorosas, etc. Hay un sinfín de etiquetas con las cuales clasificar la manera en la que las mujeres decidimos relacionarnos (con hombres y/o mujeres). A su vez, estas discusiones pusieron sobre la mesa el hecho de que para disfrutar de nuestra sexualidad no es necesario tener una relación formal de noviazgo o matrimonio.

Independientemente de cómo escojamos relacionarnos con las demás personas, involucre ello o no una dimensión sexual, todos queremos ser amados y amadas. Probablemente, la mayoría de los hombres y mujeres aún aspiran a construir una relación monógama en la que haya amor, sexo, compañía, planes y ambiciones. 

Hoy en día, con tantas aplicaciones para conseguir citas para sexo casual, surgen por lo menos dos preguntas: en un contexto donde el sexo es fácil de conseguir, ¿es más difícil conseguir el amor? y ¿qué es lo que creemos que tenemos que hacer las mujeres si lo que queremos es encontrar el amor? No sorprende que las respuestas a estas preguntas estén directamente vinculadas con el sexo. 

La educadora sexual y columnista @lalalaletmeexplain contesta preguntas e inquietudes de sus lectoras (en su mayoría son mujeres). Lala (su pseudónimo) cuenta que cada vez es más frecuente leer a mujeres jóvenes que afirman haber participado en actividades sexuales que no disfrutan por miedo a ser rechazadas por un posible compañero o compañera. 

El miedo al rechazo no es un tema nuevo; el rechazo en sí mismo no es malo, ni violento, ni transgrede, pero todos tenemos miedo de ser rechazados. El conflicto actualmente aparece cuando para no ser rechazado, por temor a estar solos, se acepta participar en prácticas sexuales en las que no existe comodidad o, por ejemplo, prácticas que pueden estar modeladas por la pornografía de una manera nociva. De nuevo, la pornografía en sí misma no es mala. Se convierte en un problema cuando genera una aparente obligación de vivir el sexo de cierta manera, así como por las imágenes explícitas de cuerpos socialmente aceptados e ideales de belleza y juventud o, para algunos, por la promoción del placer rápido y fácil o de relaciones sin rastros de lazos significativos. 

Uno de los grandes conflictos que derivan de la pornografía es que quienes son protagonistas parecen siempre estar de acuerdo con las prácticas sexuales que quieren su(s) compañeros(as) y aparentan ser prácticas siempre placenteras. Cuando las relaciones, en específico las que involucran el sexo, están modeladas por la pornografía, nos encontramos en el mundo de la fantasía. 

En este contesto, ¿qué lugar tiene el feminismo prosexo? ¿Es vigente todavía? ¿La liberación sexual se está confundiendo con participar en situaciones donde no hay espacio para decir "no"? ¿A quién responde esta vertiente del feminismo? ¿A quién le sirve?

Una de las grandes críticas a la pornografía es que, en general, se construye a partir de la visión masculina en donde la mujer y su placer no tienen lugar, donde ella no propone y si lo hace, es sólo para satisfacer el placer masculino. 

¿Por qué más mujeres están acudiendo a la pornografía para saber qué les gusta y qué no a sus posibles compañeros sexuales? Cuando la educación sexual viene de la pornografía, puede existir el peligro de internalizar lo que se supone que nos debería gustar y se corre el riesgo de perder la posibilidad de conocernos a través del otro, pues se da por sentado qué gusta y cómo en el sexo.

Hay quienes dicen que la pornografía y las aplicaciones para citas son las responsables de hacer que los hombres no se hagan responsables de comportamientos abusivos. Pero el énfasis no debería estar en escenarios aislados (pornografía y aplicaciones) sino en las maneras en las que se relacionan las personas, sin importar los medios para hacerlo y los escenarios en los que lo hacen, que son evidentemente múltiples y diversos. 

Si tomamos de nuevo el ejemplo de la pornografía y sus consecuencias, una de ellas es que en general no hay espacio para decir "no". Y cabe la posibilidad de que por ello las mujeres acepten prácticas con las que no están cómodas y en las que no se sienten con la libertad suficiente para negarse.

Tener la capacidad y sentirse con la libertad de decir "NO" no sólo es un asunto de mujeres. Para poder decir "NO" se necesitan personas que estén dispuestas a conocerse y a no dar nada por sentado en sus intercambios.

Poder decir "NO" debería de ser uno de los puntos centrales del feminismo prosexo.


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Imagen de portada: El nacimiento de Venus (1485), Sandro Boticelli