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El "reto" de subir a Instagram un retrato en blanco y negro podría tener una razón más profunda de lo que supones

En los últimos días, los feeds de Instagram se han llenado de fotos de mujeres en blanco y negro con la etiqueta #challengeaccepted ("#desafíoaceptado"). ¿De qué se trata? ¿Cuál es el desafío detrás de las fotografías?

La dinámica se ha hecho sólo entre mujeres, ya que una mujer puede nominar a una o a varias a compartir la foto que más les guste de ellas mismas, siempre y cuando sea en blanco y negro.

A diferencia de otras dinámicas en las que los usuarios “aceptan” un desafío, este no se hace explícito en el pie de página de cada publicación. Por ejemplo, el desafío “Ice Bucket Challenge”, para solidarizarse con aquellos quienes padecen esclerosis lateral amiotrófica. No es el caso de este desafío en particular; si acaso, en el pie de página sólo se encuentran las etiquetas #challengeaccepted o #womensupportingwomen (mujeres apoyando a mujeres) y el perfil de la mujer que hizo la nominación. 

A primera vista no sabemos de qué se trata el desafío, si hay alguna causa profunda detrás de la fotografía o si sólo se trata de publicar una foto en la que nos guste cómo nos vemos, en la que los ángulos nos favorezcan y con la que como mujeres nos sintamos bien. 

Sin embargo, hemos encontrado tres posibles hechos que desataron las millones de fotografías compartidas. 

El primero es el más difundido. La semana pasada, un video de la diputada neoyorquina Alexandra Ocasio-Cortez se hizo viral. Este video es un fragmento de la respuesta que Ocasio-Cortez le hace al representante del Partido Conservador Ted Yoho. Una semana antes de la respuesta de Ocasio-Cortez, mientras se encontraba subiendo las escaleras en su camino hacia el Capitolio, Yoho comenzó a agredirla verbalmente. Ocasio-Cortez intentó calmar la situación, cosa que no funcionó. Pocos segundos después, Yoho comenzó a gritarle fucking bitch ("maldita perra"). A raíz de este suceso y con la respuesta de la diputada en la cámara de representantes, las redes sociales virtuales (Facebook, Twitter, Instagram) se llenaron de todo tipo de publicaciones, fotos y etiquetas relacionados con el feminismo, la igualdad y el empoderamiento femenino. Lo anterior como una muestra de apoyo y solidaridad a Alexandria Ocasio-Cortez.

La diputada ha ganado mucha fama desde que sorprendió en las elecciones primarias en 2018, por lo que no sorprende que, además de su creciente fama, cada vez más mujeres (y hombres) apoyen sus propuestas y proyectos políticos, así como su reelección. Además, la solidaridad a esta joven mujer se da en un contexto en el que las mujeres han visibilizado las condiciones en las que viven: pobreza, violencia, discriminación y abusos de diversa índole. 

El segundo hecho que puede estar detrás de la dinámica de Instagram es, tristemente, uno mucho menos difundido. Mujeres en Turquía se han manifestado por el alza de feminicidios en ese país y por el deseo de varios gobiernos europeos de abandonar la Convención de Estambul, el primer instrumento jurídico que establece un conjunto de normas jurídicas para prevenir y combatir la violencia contra las mujeres. 

El Convenio de Estambul se estableció el 11 de mayo de 2011. En él se afirma que ejercer violencia contra las mujeres es una violación a los derechos humanos y una forma de discriminación. Además, se hacen explícitos los actos que deben de ser penalizados por los países participantes. Entre estos se encuentran: violencia psicológica, acoso, violencia física, violencia sexual (INCLUIDA LA VIOLACIÓN), todos los actos sexuales que no son consensuados, el matrimonio forzado, la mutilación genital femenina, el aborto forzado, la esterilización forzada, crímenes de honor (asesinatos por medio de los miembros de familia) y acoso sexual. 

El gobierno de Turquía está planeando retirarse del Convenio, y su posible retirada se da en el contexto del feminicidio de una estudiante de 27 años: Pinar Gültekin. El novio de Pinar es el principal sospechoso de su muerte. 

La protesta por su asesinato incluía fotos en blanco y negro de mujeres con los pies de página recordando a Pinar o describiendo el contexto de violencia en el que viven muchas mujeres en Turquía. Sin embargo, esta forma de protesta pronto se vio invisibilizada por las miles de publicaciones de fotos en blanco y negro con las etiquetas #challengeaccepted y #womensupportingwomen. 

Y un tercer hecho puede estar detrás de este desafío. El 17 de julio, la periodista brasileña Ana Paula Padrão publicó una foto suya en blanco y negro con la etiqueta #womensupportingwomen, y parece que no hay ninguna causa activista de mayor relevancia, sólo el empoderamiento femenino. 

Sabemos que el mundo del Internet se mueve muy rápido, no sólo se trata de la velocidad con la que se comparten ciertos sucesos, sino de los diferentes perfiles o portales desde los que se comparten, haciendo que encontrar el origen de un desafío de este tipo sea bastante complicado. 

La realidad es que no importa demasiado saber con certeza quién fue ni de dónde vino este desafío. Lo importante es rescatar las diferentes discusiones que hay alrededor de la publicación de este tipo de contenido, hablar de lo que representan y de los contextos que posibilitan su aparición y viralización, de lo que visibilizan y de lo que esconden. 

En este caso, parece que compartir fotografías con ciertas etiquetas hace que los hechos de más importancia sean relegados por manifestaciones de vanidad o intentos por ganar seguidores o ‘me gusta’. Por ejemplo, el caso de la violencia de género o de los feminicidios. La dinámica ha sido criticada, ya que sólo muestra fotografías sin ningún objetivo claro. Muchas mujeres han denunciado la poca seriedad y el sinsentido de estas publicaciones. 

Las redes sociales virtuales son una excelente herramienta para dar a conocer las más diversas causas. Durante estos tiempos en los que la pandemia por covid-19 ha agudizado la crisis económica mundial, nacional y local, las redes han sido el principal medio para compartir negocios familiares y empresas locales, lo que los ha mantenido a flote. Un ejemplo reciente es el cuadro negro que inundó Instagram a raíz de las protestas por el asesinato de George Floyd. Las etiquetas que se usaron fueron #BlackLivesMatter ("Las vidas negras importan") y #BlackoutTuesday ("Apagón del martes", "Martes negro"). Esta dinámica invitaba a que los usuarios compartieran los diferentes perfiles de la comunidad afroamericana: mujeres, emprendedores, negocios de comida, autores, músicos, artistas, etcétera. 

Lo anterior es un excelente ejemplo de lo que una red como Instagram es capaz de lograr a través de sus usuarios. ¿Por qué no aprovechar esta plataforma para visibilizar a otras mujeres haciendo explícitas sus actividades? En lugar de sólo compartir una fotografía sin mayor explicación, habría que reflexionar sobre el uso que se le da a este tipo de espacios. 

Por supuesto que cada persona es libre de publicar lo que prefiera en sus perfiles privados, pero si durante los últimos años hemos estado viviendo un ascenso de la visibilidad de las mujeres y de la conciencia de los contextos de violencia y discriminación de todo tipo, ¿no es momento de aprovecharlo para dar a conocer a mujeres que nos inspiran? Madres, hijas, hermanas, amigas, artistas, músicas, escritoras, cocineras, empresarias, activistas y luchas en diferentes espacios.

 

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Imagen de portada: evrensel.net