*

'No puedo respirar': el homicidio racista que ha encendido a Estados Unidos

Sociedad

Por: Jimena O. - 06/01/2020

El asesinato de George Floyd se suma a la larga y lamentable historia de brutalidad policíaca contra la población negra de Estados Unidos

El pasado 25 de mayo, los empleados de una tienda de carnes frías y abarrotes en Minneapolis, Minnesota, Estados Unidos, llamaron a la policía después de acusar a un hombre, George Floyd, de haber pagado cigarros con un billete falso de veinte dólares. Tan sólo diecisiete minutos después de esta llamada, Floyd estaba tirado en el suelo con tres agentes encima suyo. 

Entre otros, el periódico The New York Times ha reconstruido los hechos a partir de los videos captados por las cámaras de seguridad del local y dos videos tomados por transeúntes.

Una vez que Floyd estaba inmóvil, uno de los policías que participó en el arresto, Derek Chauvin, se hincó para apoyar su rodilla contra el cuello del detenido. Los espectadores que se encontraban alrededor instaron al policía a que subiera a Floyd a la patrulla, pues no se estaba resistiendo al arresto. Se escucha a Floyd repetir una y otra vez, mientras está en el suelo: "I can’t breathe" ("No puedo respirar"). 

Chauvin, sin embargo, en ningún momento quitó su rodilla del cuello de Floyd. A Floyd se le oye decir: "Don't kill me" ("No me mates"). Minutos después llegó una ambulancia. Chauvin apoyaba aún la rodilla sobre el cuello de Floyd. De acuerdo con The New York Times, el policía Derek Chauvin mantuvo su rodilla sobre el cuello de George Floyd durante 8 minutos y 46 segundos.

Después de todo, George Floyd murió.

Los policías implicados en el arresto y en los actos de violencia, además de Derek Chauvin, son Thomas Lane, J. Alexander Kueng y Tou Thao. Tanto Derek Chauvin como Tou Thao tenían quejas y denuncias por el uso violencia innecesaria en sus funciones dentro de la corporación.

I can’t breathe es la frase que se ha repetido en otros arrestos como el de George Floyd, en los que a pesar de que el detenido no muestra ni resistencia ni agresión, los policías reaccionan desmesuradamente, hasta provocar daños físicos notables e incluso definitivos como la muerte. En julio de 2014, un video grabado con un teléfono móvil registró las últimas palabras de Eric Garner, las mismas que las de Floyd: I can’t breathe, dichas mientras Daniel Pantaleo, un oficial de la policía de Nueva York, lo estrangulaba contra una banqueta. 

El 29 de mayo de 2020, Derek Chauvin fue acusado de homicidio de tercer grado y homicidio involuntario de segundo grado. Según las leyes del estado de Minnesota, el homicidio de tercer grado está definido como causar la muerte de otra persona sin intención de hacerlo. Benjamin Crump, especialista en derechos civiles y abogado de la familia de George Floyd, solicitó que los cargos a Chauvin fueran modificados. Es decir, en lugar de tratarse de homicidio de tercer grado y homicidio involuntario, el cargo debe hacerse por homicidio de primer grado, lo cual especifica que hubo intenciones claras de matar.

Este 1 de junio, de hecho, una autopsia independiente concluyó que la causa de muerte de Floyd fue asfixia, lo cual, además de contravenir la versión oficial (que atribuye su fallecimiento a condiciones como afecciones cardiacas y consumo de drogas), abre la puerta para fincar los cargos correspondientes a Chauvin.

Un día después del asesinato de Floyd, comenzaron las protestas. La parada de autobús en la Avenida Chicago se convirtió en un monumento en homenaje a George Floyd. Desde entonces se han reunido carteles haciendo referencia al movimiento Black Live Matters. Pero también hay muchos otros visibilizando las palabras que han caracterizado a las muertes provocadas por la brutalidad policial: I CAN’T BREATHE.

Protestas por la muerte de George Floyd, un crimen de racismo

Manifestantes de pie, con los puños levantados, frente a las instalaciones en llamas de la 3ª Comisaría de Policía de Minneapolis el jueves 28 de mayo de 2020, durante el tercer día de protestas por la muerte de George Floyd en Minneapolis (Steel Brooks/Agencia Anadolu/Getty Images)

Las protestas que denuncian la brutalidad de la policía contra la población negra y la brutalidad policíaca han alcanzado ya varias ciudades en Estados Unidos, ciento cuarenta aproximadamente, entre las que destacan Nueva York, Los Ángeles, Denver, Des Moines, Nashville, Louisville, Memphis, Portland, Oakland, Seattle, Washington D. C. (en específico, afuera de la Casa Blanca). También se han sumado a las protestas otras ciudades y países como Vancouver, Toronto, Madrid, París, Londres, Líbano, Australia, Siria y Ámsterdam, por sólo nombrar algunas. 

Estas ciudades no se han unido a las protestas de manera azarosa. Por ejemplo, en Londres, los manifestantes se reunieron afuera de la embajada estadounidense antes de marchar a Grenfell Tower. Este edificio fue la sede de un incendio devastador en el que murieron residentes africanos y musulmanes. En el memorial, uno de los manifestantes escribió "Black Lives Matter".

El movimiento #BlackLivesMatter (literalmente, "Las vidas negras importan") nació durante el verano de 2013, esto después de que George Zimmerman fuera absuelto por dispararle a un adolescente negro, Trayvon Martin, en febrero de 2012. Al momento del homicidio, Zimmerman era coordinador de un grupo de vigilantes vecinales en Sanford, Florida. Black Lives Matter está inspirado en el movimiento afroamericano por los derechos civiles, en el movimiento Black Power, en el feminismo negro de la década de 1980, en el panafricanismo, en el movimiento antiapartheid, en el movimiento LGBTQ+ y en el movimiento Occupy Wall Street. 

En París, los manifestantes se suman a la exigencia de justicia por el asesinato de George Floyd además de recordar la muerte de un hombre negro de 24 años, Adama Traoré. Traoré murió después de que la policía de París lo mantuviera en custodia.

Todas estas ciudades, y muchas otras en el mundo, tienen algo en común: el abuso y la brutalidad de los cuerpos policiales sobre personas negras, indígenas o de alguna otra minoría racial y de orientación social, además de grupos socialmente desprotegidos. La frase "All Cops Are Bastards" (la cual se puede traducir como "Todos los policías son unos desgraciados" y que se suele usar con sus siglas "ACAB") expresa de alguna manera el hecho ampliamente estudiado de que la policía surgió como una organización adscrita al gobierno para defender los intereses del grupo social en el poder (so pretexto de mantener el orden y la paz social).

Las consignas "I CAN’T BREATHE", "BLACK LIVES MATTER", "NO JUSTICE. NO PEACE" son muestra del hartazgo frente a los sistemas racistas que atraviesan las mentalidades de personas inscritas en diferentes sectores: gubernamentales, empresariales, policiales. 

BrutalidadPolicias

 

También en Pijama Surf: ¿Es estúpida de nacimiento la gente racista y homofóbica? El IQ y las simpatías políticas