Este podría ser el método más ecológico de morir, pero a muchas personas les asusta
Ecosistemas
Por: Juan Pablo Carrillo Hernández - 10/03/2019
Por: Juan Pablo Carrillo Hernández - 10/03/2019
Tanto vivir como morir implican un costo elevado para la naturaleza. Frente a ello, están surgiendo múltiples movimientos ambientalistas que promueven un estilo de vida consciente de la ecología: desde la reducción de productos de usar-tirar hasta ejercer presión a empresas que ejercen significativos impactos negativos en el medioambiente. Sin embargo, poco se conoce sobre los trabajos realizados en torno a la huella ecológica después de morir.
Por norma general, una cremación libera alrededor de 400kg de CO2 en la atmósfera por cuerpo y una cantidad significativa de mercurio y de otras emisiones tóxicas que se mezclan con el aire que cada humano ingresa en su cuerpo mediante la respiración. Ello sin olvidarnos de que en el caso de un entierro, el líquido de embalsamamiento llega al suelo conforme el cuerpo y el féretro se descomponen (en algunos casos, liberando toxinas relacionadas con tratamientos radioterapia y quimioterapia). Finalmente, hay que tomar en cuenta la huella ecológica que cada cuerpo obtuvo a lo largo de su vida.
En ese contexto, Sandy Sullivan ha ideado de un método ecológico para reducir la huella ecológica después de la muerte. Sullivan es dueña de Resomation, una empresa especializada en un método ecológico de cremación a base de agua, la liquidificación o hidrólisis alcalina. Esta tecnología tuvo sus orígenes a mitades de la década de los 90 y actualmente es una alternativa legal en 19 estados de Estados Unidos. En el fondo, para Sullivan, se trata de un “proceso en el que todos ganan porque todo es reciclable”.
Si bien uno de los factores que detiene a los usuarios para liquidificar a sus seres queridos, como explica Sullivan, es la sensación del asco, este proceso implica el uso adecuado de la tecnología ambientalista. En sus palabras:
Las personas están preocupadas porque sus cuerpos se disolverán o porque es un desperdicio de agua, pero los 250 galones que usamos por cuerpo pueden ser utilizados también como fertilizantes gracias a los nutrientes que contiene. La percepción de las personas necesita cambiar.
Incluso, una empresa de reparto de agua en el Reino Unido prohibió este método citando que “hay preocupaciones serias acerca de la aceptación pública de restos liquificados de personas muertas yendo por nuestro sistema acuático”.
Sin embargo, Sullivan asegura:
No existe ninguna razón para creer que la liquidificación no tiene un sistema de purificación; es como el agua, un líquido estéril sin ningún ADN en él y es limpia para la mayoría de las cosas como el agua que se usa para tratar plantas, como sangre y químicos de los hospitales. No obstante, no es un agua que se pueda beber.
Este es un ejemplo de las cámaras donde se liquidifican los cuerpos en Resomation:
De acuerdo con Sullivan, este método de desintegración de cuerpos tras la muerte “deja 6 veces menos huella ecológica y usa 7 veces menos energía que el entierro”. Ello sin olvidar que cuesta alrededor de 63 dólares por cuerpo, en comparación con los mil dólares de cremación o entierro que suelen pedirse en Estados Unidos.
En otras palabras, la liquidificación es un método que permite transformar al cuerpo en un suelo utilizable que permite el crecimiento y la continuidad de la vida a un costo más accesible que un funeral tradicional. En palabras de Sullivan:
Esto es el futuro. El cambio siempre es difícil en un mercado conservador, pero necesitamos ver hacia el futuro del planeta tras nuestra muerte para evitar seguir destruyendo aun después de ella.
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