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Una reflexión sobre cómo la tecnología digital afecta nuestra atención y con ello nuestras capacidades meditativas y contemplativas

Es indudable que la tecnología digital está aquí para quedarse y en muchos sentidos puede tener aspectos positivos. Dicho eso, es igualmente contundente la afirmación de que una mala "higiene" tecnológica puede tener efectos sumamente nocivos en nuestras facultades mentales e incluso espirituales. Una de las formas más evidentes en las que la tecnología digital nos afecta es en nuestra capacidad de controlar y disciplinar nuestra atención. Esto es uno de los problemas esenciales que enfrenta la salud mental en nuestra época, ya que se enfrenta con toda una economía basada en la captura de la atención, pues el gran descubrimiento de la economía digital es que la atención humana puede monetizarse.

Aunque ya hemos discutido ampliamente este tema aquí, particularmente los efectos que tienen las distracciones de la tecnología digital en la concentración, ahora queremos señalar los posibles efectos que puede tener esto en las facultades más sutiles. El hecho de que el abuso de la tecnología puede tener efectos negativos en nuestras facultades espirituales ha sido notado por el maestro de yoga Carlos Pomeda. Carlos lleva estudiando y practicando dentro de la tradición del yoga desde hace más de 40 años. 18 de esos años los pasó como monje de la orden de Saraswati, bajo el nombre Swami Gitananda, incluyendo 9 años de formación y práctica tradicionales en la India, donde fue introducido al tantrismo. Combina esta experiencia y entrenamiento tradicional con dos títulos de maestría: uno en Sánscrito, por la Universidad de Berkeley (donde también enseñó) y otro en Estudios sobre la Religión, por la Universidad de California en Santa Bárbara. Hace algún tiempo pudimos entrevistar a Carlos y platicar sobre este tema. Rescatamos aquí la parte de la conversación que giró en torno a los efectos de la tecnología moderna en la atención y en los aspectos más sutiles o espirituales de nuestra mente:

Empecé a notar que al trabajar más con computadoras me costaba más mantener la atención, por ejemplo leer trabajos académicos. Y empecé a escuchar a muchas personas que les pasaba lo mismo. Me asomé a la literatura y hay mucha investigación en los últimos 15 años sobre los efectos de la tecnología en la mente. Un experimento, por ejemplo: les dan a unas personas un capítulo de un libro en papel y luego el mismo capítulo pero en la pantalla de la computadora. Y después les dan un cuestionario para ver qué recuerdan. Y  a las personas que ven el mismo contenido en la pantalla les cuesta mucho más recordar.

La hipótesis es que las distracciones de los medios electrónicos interfieren con el proceso de asimilación de información, el proceso de transmisión de memoria de corto plazo a memoria de largo plazo se interrumpe. Esto me ha pasado a mí leyendo libros electrónicos. Cuando estás leyendo en papel tienes el refuerzo de los cinco sentidos, todo lo sensorial. Además tienes más tiempo para esa transmisión de la memoria de corto a largo plazo. Esto es importante porque lo que ha guiado el desarrollo de la tecnología no han sido un grupo de expertos que se sientan a ver cómo podemos utilizar mejor la tecnología. Lo que lo ha guiado han sido los intereses económicos. Recientemente algunos programadores ya han dado pláticas sobre replantearnos cómo estamos creando las aplicaciones que son todas de distracciones, basadas en notificaciones, que van fragmentando la atención. El problema no es sólo de cara a la sociedad, hay mucha investigación en esto, esto es un problema para el yoga y la meditación, es fundamental desarrollar el músculo de la atención, para poder sostener la fuerza de la conciencia cuando entras dentro de tu ser, sobre todo al nivel del subconsciente. Necesitas una fuerza interior enorme para mantener la atención y no perderte en la fantasía.

Hasta ahora toda la tecnología nos ha privado de algo pero ha tenido una contrapartida positiva. Sin embargo, los análisis recientes nos dicen que no nos está dando facultades nuevas; por ejemplo, la escritura te libera la memoria para hacer otras cosas, etcétera. Pero los estudios científicos que yo he estado viendo, ya a nivel de resonancias magnéticas, enseñan sólo que nos hacemos ligeramente más capaces de hacer multitasking, lo cual no es necesariamente una virtud. Pero en términos emocionales, de atención, de inteligencia, es dañina. Está habiendo un despertar de la gente cuestionado la tecnología y preguntándose sobre quién está a cargo. La tecnología es maravillosa cuando nos sirve pero no queremos ser esclavos de la tecnología. Cada vez más gente se cuestiona el papel de la tecnología en su vida, si queremos estar encadenados al email… Se supone que la tecnología es para hacernos la vida más fácil, para liberar nuestra creatividad.

Hoy en día muchas personas lo primero que ven al despertar es la pantalla de su teléfono y lo último que ven antes de dormirse es su pantalla. Las áreas que se activan cuando recibes un email son las mismas que en el caso de las adicciones, porque hay un estímulo que es parte de lo adictivo de los medios sociales; está activando las áreas del cerebro que tienen que ver con la adicción. Entonces, es un problema que la gente se pueda convertir en adicta a la tecnología, a los mensajes, a los medios sociales. Tenemos que tomar control sobre esto.

 

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