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La enigmática filosofía de Nagarjuna, el fundador del budismo mahayana

Ciertamente no hay nada más común que un punto de vista; como una opinión, todos tienen uno. Para uno de los grandes filósofos budistas, el gran fundador de la escuela del Madhyamaka (el camino medio), Nagarjuna, más que encontrar la perspectiva correcta y defender nuestro punto de vista se trata de erradicar toda perspectiva y toda identificación con la misma como si ésta tuviera un valor intrínseco. En su famoso texto Madhyamaka Karika, Nagarjuna señala con su característico estilo lacónico: "la negación de todos los puntos de vista es el camino a la iluminación". Tenemos en Nagarjuna al gran filósofo de la vía negativa, de la senda mística apofática, cuyo primer brote en la historia posiblemente ocurrió con Yajnavalkya, el filósofo de las Upanishad que notó que la realidad absoluta es inefable, neti neti.

La filosofía de Nagarjuna sigue principios lógicos que recuerdan a las paradojas de Zenón, el discípulo de Parménides, pero su dialéctica no es solamente una gimnasia verbal, pese a que es cauteloso en no hacer afirmaciones positivas sobre la realidad última. En la filosofía de Nagarjuna encontramos una soteriología, un vehículo a la liberación, que se basa en la suspensión de las perspectivas, una especie de epoché. El más alto conocimiento para el budismo mahayana, la escuela dominante en países como China y Japón, es la vacuidad, no sólo del yo sino de todos los fenómenos. Nagarjuna intenta demostrar, con una suerte de silogismos, que las cosas no existen en un sentido último ya que dependen de otra cosa para existir, no tienen svabhava. Ninguna cosa tiene existencia sustancial, es decir, que subsiste por sí misma y tampoco nocionalmente, pues las cosas son en relación a nuestras designaciones conceptuales. Una mesa sólo es una mesa porque nosotros hemos conceptualizado la existencia de un objeto que sirve para colocar otros objetos, para comer o trabajar, etc. En la filosofía de Nagarjuna, el sendero hacia la liberación tiene que ver con abandonar todas las perspectivas incorrectas, pero como no hay una realidad absoluta independiente, esto significa abandonar todas las perspectivas, incluyendo las que son convencionalmente correctas. La vacuidad es en cierta manera una total apertura, un no estar colmado ni condicionado por nada. 

Sin ahondar demasiado en la compleja y fascinante filosofía de Nagarjuna, el lector podrá encontrar un curioso parangón en el pensamiento de Marshall McLuhan, el teórico de medios que para algunos tomó el carácter de un vate. McLuhan habló en repetidas ocasiones de la importancia de eliminar un punto de vista para incrementar el entendimiento (insight). En su obra McLuhan consideró una plétora de idas sin tomar un punto de vista fijo, como surfeando las olas sin asirse a ninguna parte, disfrutando del caso del devenir. Asimismo, eliminar el punto de vista al cual nos condicionan los medios modernos era para McLuhan como regresar a un espacio tribal mágico de percepción. Este insight permite acceder a lo lo simultáneo, a la concatenación analógica de momentos, algo similar al prajna budista, el conocimiento del bodhisattva que le permite percibir la originación dependiente de todos los fenómenos.