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Nietzsche, penetrante psicólogo, hace un notable diagnóstico sobre la influencia del resentimiento en la salud

Nietzsche, según notó Freud, fue uno de los psicólogos más penetrantes de la historia. Su lectura de la historia de la filosofía es eminentemente psicologista -y no sin un cierto cinismo, por el cual se le llama "maestro de la sospecha"-; cada filósofo, decía Nietzsche, defendió ciertas verdades más como síntomas de su personalidad (de su patología específica) que por compromiso desinteresado a la verdad. (Se puede decir quizá lo mismo de él, pero ese es otro tema).

En Ecce homo, el texto donde "resume" su obra, Nietzsche habla largamente de uno de los temas centrales de su filosofía: liberarse del resentimiento (o rencor). El filósofo alemán usa la palabra francesa ressentiment y, como el término indica, hace referencia a re-sentir, lo cual implica merodear sobre algo, reaccionar y no aceptar con la honorable fatalidad que Nietzsche defendía.

"La enfermedad en sí misma es un resentimiento", escribe Nietzsche. "Ante esto el enfermo sólo tiene un gran 'remedio', lo llamo fatalismo ruso, el fatalismo sin rebelión que es ejemplificado por el soldado ruso, que, padeciendo una campaña demasiado ruda, finalmente se acuesta en la nieve...". Se acuesta en la nieve y entonces deja de reaccionar. Esto permite que "se preserve la vida en las condiciones más precarias al reducir el metabolismo, ralentizándolo, como una especie de voluntad de hibernación". Este modo permite conservar la energía. "Nada nos consume tan rápido como la afección del resentimiento. Ira, vulnerabilidad patológica, lujuria impotente de revancha, sed de revancha, mezcla de venenos en todo caso...". El resentimiento "es el mal específico [de los enfermos]... y desafortunadamente su inclinación más natural".

Se trata sin duda de un penetrante diagnóstico, por parte de un hombre que vivió mucho tiempo enfermo y que finalmente caería en un estado de locura degenerativa. Uno podría cuestionar qué tanto Nietzsche realmente eliminó el resentimiento de su propia psique, pero lo que nos atañe aquí es la validez y aplicación práctica de su tesis, la cual parece precisa y altamente perspicaz. Es en el resentimiento, en la reacción, en lo que hoy llamaríamos "estrés", que la mente afecta negativamente al cuerpo, consumiendo la energía que necesita para sanar y aplicar, como si fuere, presión extra a la "herida". Nietzsche anticipa aquí la terapia Gestalt, si bien su observación es parte de la medicina tradicional de diferentes culturas. Lo que antes se entendía como una especie de energía vital que opera en el cuerpo, que busca el equilibrio con la naturaleza, y que ahora podríamos llamar una tendencia hacia la homeostasis. 

En este mismo pasaje Nietzsche cita al Buda, la famosa frase del Dhammapada de que "el odio sólo produce más odio; sólo a través del amor el odio se elimina". De aquí el filósofo entiende que el budismo más que una religión es un sistema de higiene, una observación que es bastante cuestionable (y ciertamente Nietzsche no sabía mucho del budismo, pues muy pocos en su época tenían conocimientos profundos de esta religión). Dicho eso, su observación es aguda en tanto que comprende que el budismo se basa justamente en la no-reacción ante el fenómeno, o lo que es lo mismo, el desapego. Escribimos justamente un artículo previo, titulado "Por qué el desapego es la mejor medicina".

 

* Citas de Ecce Homo, versión de Kaufmann