Estadísticas recientes del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) muestran una continua tendencia a la baja en términos de la lectura en México. Esta tendencia se ha presentado en los últimos 5 años.
El organismo creado, llamado Módulo sobre lectura (MOLEC), sostiene que de 2015 a 2019 hubo una disminución del 84.2% al 74.8% en el número de personas que leyeron un material evaluado por el MOLEC como lectura, el cual al parecer incluye no sólo libros sino revistas, historietas o páginas de Internet, una clasificación un poco extraña que sugiere que el 25% de la población simplemente no lee nada, o sólo mensajes de texto de celular.
En el caso de libros al año el promedio fue de 3.3 por persona, una cifra alarmante, todo lo más cuando se considera que sólo el 42% de las personas dijo haber leído un libro en el último año, mientras que en 2015 el 50% de las personas leyó un libro.
La principal razón que dan los mexicanos para no leer es que no tienen tiempo; un 48% de la población dio esta respuesta. Otro 21% dijo que simplemente no le interesa leer.
Entre los tipos de lectura la preferida son las novelas, con un 42%, seguidas de libros de texto o material de estudios con un 34.1% y libros de autoayuda o libros religiosos con un 26.6%. La sesión de lectura promedio fue de 39 minutos.
Estas cifras muestran un claro rezago en comparación con países europeos, asiáticos e incluso sudamericanos. Lamentablemente, el mexicano no lee, y eso crea una pobreza intelectual por encima de la ya conocida pobreza material.